La peste bubónica se propagaba a través de pulgas que infectaban a las ratas y luego a los humanos, causando cuatro grandes plagas en la Edad Media que resultaron en muchas muertes. En la Europa medieval, los nobles juraban lealtad al rey a cambio de feudos de tierras, y las leyes permitían que poseyeran y gobernaran a los campesinos que trabajaban esas tierras.