El documento describe las relaciones entre entrenadores, jugadores y padres en un equipo juvenil. Se enfatiza la importancia de una reunión pretemporada para establecer objetivos y expectativas, y mantener una comunicación abierta. También destaca conductas positivas y negativas para padres como tratar a todos los jugadores por igual y no interferir en los entrenamientos versus hacer que los hijos se sientan culpables. El entrenador debe comunicarse con los padres, confiar en ellos y mantener un buen equilibrio emocional.