Este documento ofrece varios consejos bíblicos sobre cómo controlar la ira y llevarse bien con los demás. Recomienda no enojarse fácilmente, reprimir los arrebatos, perdonar ofensas, no hacerse amigo de personas coléricas, depositar preocupaciones en Dios, hablar con lentitud y no dejar que la ira dure todo el día. Además, aconseja vencer el mal con el bien, vivir en paz con todos y dejarse guiar por el buen espíritu de Dios.