El Sacramento de Confirmación fortalece a los creyentes con el Espíritu Santo para proclamar su fe, reafirma su bautismo y los convierte en apóstoles para servir a Dios y a los demás. Al recibir este sacramento, los creyentes afirman su fe en Dios y en las enseñanzas de la Iglesia, y reciben los siete dones del Espíritu Santo para dar a conocer a Dios.