Las reservas naturales deben preservarse porque proveen bienes y servicios como oxígeno y agua sin causar daño, mientras que las actividades humanas son dañinas y alteran el equilibrio ecológico, dificultando la recuperación de las reservas y contribuyendo al cambio climático. Para preservarlas, debemos evitar dejar residuos, alterar la fauna y flora, cazar o pescar, emitir dióxido de carbono, usar aerosoles o hacer ruidos fuertes, y conservar las especies en pelig