La Constitución de Argentina establece la forma de gobierno federal representativa republicana y garantiza la justicia, la paz interior, la defensa común y el bienestar general. Designa a la ciudad de Buenos Aires como capital federal y estipula que el gobierno federal se financiará a través de impuestos de importación/exportación, venta de tierras nacionales y préstamos autorizados por el Congreso. Cada provincia dictará su propia constitución bajo los principios de la Constitución Nacional.