1. Licenciatura En Pedagogía Infantil
Ingri Yurani Aroca Sogamoso
28-03-2016
LA DISCRIMINACIÓN FEMENINA HA INVADIDO MI VIDA
Desde el instante en el que mis padres
deciden tener a su segundo hijo, cuando su
hija mayor tiene cuatro años, he sido
discriminada,yaque ellosdeseabantenerun
niño y a cambio recibió una niña, esa niña
soy yo, aquella que desde su gestación
decepcionó a su padre por no ser lo que él
esperaba y sin pensarlo fue la primera
decepción de muchas que recibiría de parte
mía.
Soydel municipiode Coyaima,ubicadoal sur
del departamento del Tolima, en este
municipioestá muy concentrada una cultura
patriarcal en la que las mujeres son sumisas
ante la vozde mando de los hombres. Allí se
les educa moralmente a las niñas para dos
objetivos: que lleguen vírgenes al
matrimonio y prepararlas para ser esposas
sumisa,aprendiendo laslaboresdomésticas,
endonde su únicaintencionalidadde vida es
servir al hombre el cual se encarga del
sustento económico del hogar.
Soyuna mujertímiday se me dificulta iniciar
una conversación tengo pocos amigos pero
en realidad no me afecta, porque no me
gusta dependerde nadie, estohasidounade
las marcas que me ha dejado el contexto en
el que he vivido. Cuando tenía 10 años de
edadcomprendíque mi mamá era víctima de
maltrato por parte de mi papá quien la
humillaba cada vez que le era posible, mis
hermanos y yo también éramos víctimas de
su podercomojefe de hogar, no me gustaba
ver a mi mamá sumisa pero, ella lo hacía
porque dependía de él. Debido a eso
afortunadamente 3 años después cuando yo
tenía 13 años ellos se separaron mi mamá
decidió venirse para Bogotá.
A pesar de que sentía satisfacción de la
nuevavidade ella yo me sentía muy sola, mi
hermano y yo estábamos constantemente
expuestoaloscomentariosde lasociedad ya
que la separación no era muy común en ese
puebloyel decirde ellos era que: “mi mamá
nos había abandonado”, “que era una mala
madre”. Esto pasaba porque en este
municipio aun se tenía muy fortalecida la
construcción social de que la mujer debía
estar con su esposo hasta que la muerte los
separara sin importar el sufrimiento que
padeciera la mujer como esposa y si esto no
2. se cumplía toda la responsabilidad negativa
caía sobre ella.Pero,nose dabancuenta que
desde el siglo XVIII había emergido la
“revoluciónsentimental” como lo menciona
Ana maría Fernández, en su texto “historia
de infancias”, uno de los cambios a los que
dioorigenfue lavalorizacióndel sentimiento
de esposos: el sentimiento conyugal. El cual
consistía en que ya la mujer podía pensar en
una felicidad no administrada en compañía
de un hombre.
A los 16 años me gradué del colegio
“GuillermoAnguloGómez” donde viví gratas
experienciasyalgunasno tanto, una de ellas
fue cuando adquirí una identidad en la
adolescenciayestano fue la esperada por la
sociedad me sentí excluida de grupos
sociales tanto de hombres como mujeres,
puesto que no cumplía el estereotipo de
aquella mujer femenina y complaciente en
los deseos del hombre, deseos como la
forma de vestir, es decir con escote,
tacones, minifalda, ropa ajustada para
mostrar atributos como lo hacían las demás.
Comolo dice Darío muñozhaciendoparte de
la objetivación sexual ante el deseo
masculino invisibilizando otros papeles
posibles como las habilidades y aspectos de
la personalidad.
Ademásenmi hogar tambiénfue así, como a
mí me gustaba el futbol y le pegaba al balón
con el pie izquierdo y toda la fuerza que yo
ejercía en trabajos del campo lo hacía por
ese ladodel cuerpo; mi papá empezó a decir
que yo era “marimacho” porque esa era una
característica de loshombrespococomún en
lasmujeres,quizásestolodecíapor el deseo
reprimidode mi nacimiento yfue allí cuando
empezaron las prohibiciones y las largas
charlas de cómo debía comportase una
señorita de mi edad, que debía hacer y que
no.
Aunque para mí en ese momento aquella
discriminación era invisibilizada, realmente
me di cuentacuandoen todoslospaseosa lo
largode la escolarizaciónsiempre me negaba
el permiso porque no tenía quien me
“cuidara” ya que, el no podía acompañarme
y mi hermano estaba muy pequeño para
hacerlo. Esto hace parte de un imaginario
social del que habla Darío Muñoz, donde las
mujeres no podemos defendernos de los
peligros solas sino que debemos tener un
“macho” para que lo haga por nosotras.
En el colegio habíanprofesores buenos en la
academia, pero como personas fracasaban y
viceversa;porejemplo;estabael profesorde
éticay valoresquientambiéndictabareligión
pero la verdad es que esas materias le
quedaban grandes ya que el no ponía en
práctica sus valores porque el titulo de su
carrera era psicología, él es una de las
3. personas que ejercen la labor docente pero
sin el mínimo conocimientos de pedagogía
que se podía evidenciar en sus clases ya que
nunca comprendió el proceso de evolución
intelectual de los adolecentes. Para este
profesorlasmujeresno teníamos derecho al
conocimiento porque para que, si nuestro
debereraservira loshombres,entonces nos
decía palabras como “brutas” o un día una
de mis compañeras no hizo la tarea y le dijo:
“eso, es mejor que no pierda su tiempo en
esta institución y si no quiere estudiar no le
quitala oportunidadaotro niñoporque al fin
y al cabo las mujeres no necesitan estudiar
para ser buenas mamás”.
Este era uno de los tantos discursos que se
escuchaban a diario en esa institución y
pues, hace referencia a lo que Ana María
Fernández mencionaen su texto “historia de
infancias” que la escuela arrastra consigo
formas desiguales de apropiación de los
espacios, de autovaloraciones personales
que tienen como objetivo reproducir los
imaginarios sociales que se han construido
en la cultura.
Despuésde graduarme aun no tenia claridad
sobre que haría con mi vida ya que allá es
difícil aspirar a una educación superior
porque la universidades más cercas estaban
a 2 horas de viaje y además el costo era
elevado.
Entonces empecé a trabajar y entre a un
instituto a estudiar inglés y sistemas este
duro 6 meses, en el grupo solo había cinco
mujeres. Allí estaba el profesor de inglés,
quiennostrataba comoel numero de la lista
y no como personas, era muy bueno en su
materia por lo que explicaba se le notaba el
dominio, pero su frase favorita era:
“entendieron, espero que si porque yo no
vengo a perder mi tiempo y además
entiendan o no a mi me pagan”. Además yo
le pedíaexplicaciones de lo que no entendía
y el nunca tenía tiempo para mí ni para mis
compañeras pero, si quien le pedía
explicación era un hombre ahí si lo hacía,
ahora loentiendocomoél en ese momento,
para que estudiaestosi ustednova a salirde
su pueblo a ejercerlo y mucho menos a otro
país en cambio ellos tendrán más opciones
enel mundolaboral,soloporel hecho de ser
mujeresyde vivirenese pueblo ya tenemos
un destino designado.
Luego, de esta experiencia seguí trabajando
para ahorrar y pagar un preuniversitario
para ingresar a la universidad nacional para
estudiar pedagogía infantil, pero una ex
compañera del colegio me hablo de la
universidad distrital y sus ofertas, pues sin
pensarlo dos veces empecé a hacer los
papelesyrequisitos mi mamá me ayudo con
todo mientras yo me ocupaba de trabajar y
ahorrar para los gastos, porque como yo
4. vivía en el Tolima entonces tocaba venir a
Bogotá a dejarpapeles,entrevistay los otros
procesos.
Cuando me di cuenta de que había sido
admitida, estaba tan alegre y le conté a mi
papá, me lleve la sorpresa de que me dijo:
“porque hizo eso, no ve que no hay plata,
ademásdonde vaviviry para que va estudiar
eso, usted no termina la carrera porque de
pronto queda embarazada y yo no voy a
perdermi plata,si quiere estudiar mire a ver
cómo le hace y no cuente conmigo, si fuera
su hermano yo le ayudaba pero como es
usted (mujer) entonces no y además mi
obligaciónerahastaque terminarael colegio
antes tiene que trabajar para darme a mi
todo lo que yo le he dado”
No entiendo, como era posible de que solo
por el hecho de ser mujer ya deba obedecer
a unas normas establecidas por la sociedad
que no tiene encuentalosdeseospersonales
si no que generaliza y aquella persona que
no cumpla con estos estereotipos, es
anormal y hay que encasillarlos. Algunos
hombres transexuales también aportan a la
imagen de mujer que la sociedad establece
porque cuandoellosempiezansuprocesode
transformación, la buscan desde las
voluptuosidades como si fueran las únicas
características que las diferenciaran de los
hombres, cuando en realidad no existe
aquella ideal de mujer superficial sino que
para llegar a ella se debe llevar a cabo un
proceso artificial lleno de cirugías, que al fin
y al cabo es superficial.
Pero, me arriesgue y ahora vivo en Bogotá
con mi hermano menor tiene 18 años y al
principio pensaba que yo iba hacer el papel
de madre sustituta la cual iba a estar al
cuidado de su alimentación y vestimenta,
peropuesno siempre he pensado que todos
debemos ser responsables de su cuidado,
creo que él se ha acostumbrado a esas
normas de convivencia que yo he impuesto
en el hogar porque cuando estamos de
vacacionesdonde mi mamá todo quiere que
ellase lohaga, no le gusta ni servir su propia
comida, entonces esa construcción social de
madre cuidadora es algo muy difícil de
erradicar por que ya se naturaliza (Darío
muñoz).
Actualmente la base de la sociedad ya no es
la familia, es el individuo, aquel individuo
que debe ser adaptado a la construcción
binaria de género como lo dice sayak
valencia: “… the binary construction of
genderasPolitics Performance and Creation
of capitalistsubjectivities,recolonizedby the
Economy…” (2014, pag.91) que ha impuesto
la sociedad,aquella que no permite que allá
un tercer sexo, sino que
independientemente de que sea transexual,
5. homosexual o bisexual, etc. Debe encajar
como hombre o mujer y son construcciones
sociales que están muy naturalizados de ahí
preguntas de las personas como: ¿Quién es
el hombre y la mujer? (en una pareja
homosexual).
Aquí surge aquel inconformismodel uno con
el otro, en donde si tu no encajas ya es
motivo para asesinado porque eres un
pecador, también aquellas mujeres que
deciden alejarse de sus esposos porque son
maltratadasfísica,psicológicaysexualmente,
y quieren sentirse libres cansadas de
depender de aquel “macho” y es esta
superioridad de hombre que hace efectivo
un feminicidio del que son víctimas las
mujeres que quieren cambiar la historia de
sus vidas.
Siempre he tenido un temperamento muy
pasivo, tolero a quien no comparte mis
pensamientos, no me gusta discutir con
nadie. Quizás, porque tanta crítica ya la
naturalizo y no le prestó mayor importancia
y por eso mi familia piensa que me la dejo
“montar” de los demás, pero no es cierto lo
que pasa esque soy de lasque piensaque las
diferencias se arreglan con decencia,
además, en el grupo de compañeras toman
mis propuestas en cuanta.
Creo que la vida es un instante, hay que
vivirla a cada segundo, si me caigo me
levanto,porque el que persevera alcanza y si
una puerta se cierra posiblemente se abrirá
otra. No le temo a la muerte pues creo que
existe un Dios.
Bibliografía:
Muñoz, Darío. “Imaginarios de
género”
Hubbard, Ruth. “género y genitalia:
construcciones de sexualidad y
genero”
Fernández, Ana. “historias de
infancias”
Valencia, sayack. “Queer
Geographies”