El documento habla sobre la Cuaresma como un tiempo de gracia en el que Jesús nos llama a dejarle obrar en nuestras vidas para descubrir nuestros pecados y colocarnos en la gracia. Jesús espera en el camino y nos invita a dar muerte a lo que no da vida para renacer a una nueva forma de vivir. La conversión sólo es posible por Cristo y es un proceso progresivo en el que Dios nos transforma a través de iluminaciones de conciencia.