La cuarta generación de computadoras se caracteriza por su capacidad para reconocer el lenguaje natural, aprender de la experiencia y razonar. Estos sistemas son capaces de interactuar con los humanos a través del lenguaje hablado o escrito, en lugar de solo procesar datos numéricos como las generaciones anteriores. La inteligencia artificial ha avanzado lo suficiente como para que las máquinas puedan comprender y responder preguntas complejas formuladas en lenguaje natural.