El enorme pez se burlaba del débil y torpe hombre que intentaba pescarlo desde su bote. Luego de muchas burlas al anzuelo del pescador, el pez se dio cuenta que el hombre poseía una gran tenacidad y que terminaría atravesado por su arpón. En sus sueños, el pez ya se veía muerto a manos del anciano y devorado por los tiburones a los que había ofendido.