Un súbdito quiso conocer el secreto del rey rico de la India que parecía indiferente a sus riquezas. El rey accedió a revelárselo si recorría el palacio real con una vela encendida, pues de apagarse la luz sería decapitado. Al terminar, el súbdito dijo no haber visto nada por estar enfocado en la vela, mostrando que el secreto del rey era estar tan ocupado en su propio crecimiento interior que no le importaban sus riquezas materiales.