El niño se resfrió debido al frío invierno. La mamá llevó al niño al médico, quien recomendó que usara ropa de lana de oveja azul para mantenerse caliente, ya que esa lana es mágica. La mamá fue al campo blanco donde vivían las ovejas azules y les pidió lana, la cual las arañas tejieron en un abrigo, bufanda, gorro y guantes para el niño, permitiéndole pasar el invierno caliente.