Un hombre fue mordido por una serpiente yararacusú mientras caminaba. Sintió un dolor agudo que paralizó sus piernas, y logró arrastrarse de regreso a su rancho. Rápidamente empeoró, incapaz de hablar o moverse, y finalmente murió solo en su canoa mientras intentaba llegar a un pueblo para buscar ayuda médica, vencido por el veneno de la serpiente.