Este documento resume los viajes y momentos compartidos de una pareja a lo largo de varios años, incluyendo visitas a diferentes ciudades y provincias de Argentina como Córdoba, Buenos Aires, y Mar del Plata, así como viajes al exterior a Brasil, España, Reino Unido y otros destinos, celebrando aniversarios y disfrutando de paisajes y gastronomía locales.
Presentación elaborada por los estudiantes de la ECBC UNS de Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, para la edición Aulas Unidas Argentinas de Educared.
A sólo 300 Km. de Montevideo, nos introducimos en un mundo distinto, el de PUNTA DEL DIABLO.
Un lugar lleno de mística, alimentada por su nombre y viejas historias de naufragios.
Aún sigue siendo un pueblo de pescadores y artesanos, que, viviendo al ritmo de las estaciones y las mareas, reivindica el contacto con la naturaleza como forma de vida.
En verano, las barcas salen a pescar y venden su captura a los turistas, bajo el vuelo de cientos de gaviotas.
Punta del Diablo es un viaje hacia el mar. Aquí no hay celulares, ni computadoras, ni jefes, ni súbditos.
No hay hoteles 4 estrellas, ni dos, ni una. Sólo posadas y cabañas rústicas que crecen anárquicamente sobre las rocas, al borde de las dunas que van a morir al mar.
Este pueblo se convirtió en balneario, al influjo de la gente, que cada año, vuelve a dejarse hechizar por sus playas.
Presentación elaborada por los estudiantes de la ECBC UNS de Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, para la edición Aulas Unidas Argentinas de Educared.
A sólo 300 Km. de Montevideo, nos introducimos en un mundo distinto, el de PUNTA DEL DIABLO.
Un lugar lleno de mística, alimentada por su nombre y viejas historias de naufragios.
Aún sigue siendo un pueblo de pescadores y artesanos, que, viviendo al ritmo de las estaciones y las mareas, reivindica el contacto con la naturaleza como forma de vida.
En verano, las barcas salen a pescar y venden su captura a los turistas, bajo el vuelo de cientos de gaviotas.
Punta del Diablo es un viaje hacia el mar. Aquí no hay celulares, ni computadoras, ni jefes, ni súbditos.
No hay hoteles 4 estrellas, ni dos, ni una. Sólo posadas y cabañas rústicas que crecen anárquicamente sobre las rocas, al borde de las dunas que van a morir al mar.
Este pueblo se convirtió en balneario, al influjo de la gente, que cada año, vuelve a dejarse hechizar por sus playas.
Sonia Galindo, premiada en 2015 como la asociada mas participativa de ASPM, comparte con nosotros su experiencia.
Por fin llegó el esperado momento para disfrutar del bono-regalo de 2 noches con desayuno y spa en el Hotel Barceló Monasterio de Boltaña y me gustaría compartir con vosotros la maravillosa experiencia de un estupendo fin de semana a los pies de Monte Perdido.
Decido compartir mi aventura con mi gran amiga Mati Diez, también asociada de ASPM, y nos ponemos en ruta…
La mejor y más cómoda opción de viaje es en AVE hasta Huesca y de ahí un coche de alquiler que nos lleva en poco más de una hora al hotel situado entre los pueblos de Boltaña y Aínsa. Como los días todavía no son muy largos, el hotel nos recibió en penumbras con una representación local de cánticos gregorianos que nos trasladó a un Monasterio en pleno rendimiento. La acogida fue estupenda y el personal del hotel fue muy atento indicándonos ubicación y todo tipo de información sobre sus prestaciones: spa, restaurante, etc.
Comprar productos marinos desde el terminal de Chorrillos es algo especial. Los limeños tenemos la suerte de ir hasta el propio mar y traer productos frescos, para gozar de un menú marino.
Sonia Galindo, premiada en 2015 como la asociada mas participativa de ASPM, comparte con nosotros su experiencia.
Por fin llegó el esperado momento para disfrutar del bono-regalo de 2 noches con desayuno y spa en el Hotel Barceló Monasterio de Boltaña y me gustaría compartir con vosotros la maravillosa experiencia de un estupendo fin de semana a los pies de Monte Perdido.
Decido compartir mi aventura con mi gran amiga Mati Diez, también asociada de ASPM, y nos ponemos en ruta…
La mejor y más cómoda opción de viaje es en AVE hasta Huesca y de ahí un coche de alquiler que nos lleva en poco más de una hora al hotel situado entre los pueblos de Boltaña y Aínsa. Como los días todavía no son muy largos, el hotel nos recibió en penumbras con una representación local de cánticos gregorianos que nos trasladó a un Monasterio en pleno rendimiento. La acogida fue estupenda y el personal del hotel fue muy atento indicándonos ubicación y todo tipo de información sobre sus prestaciones: spa, restaurante, etc.
Comprar productos marinos desde el terminal de Chorrillos es algo especial. Los limeños tenemos la suerte de ir hasta el propio mar y traer productos frescos, para gozar de un menú marino.