La danza ha sido una forma de comunicación humana desde la prehistoria, utilizando movimientos rítmicos para expresar sentimientos y ritualizar eventos importantes. Originalmente, la danza tenía un propósito ritual en ceremonias relacionadas con la fertilidad, la caza, la guerra o la religión, guiada por la respiración y los latidos del corazón. Además de su uso en deportes como la gimnasia y el patinaje artístico, la danza también cumple un papel comunicativo en el cortejo animal.