Este documento conmemora el primer aniversario de la muerte de dos prominentes luchadores por la democracia en Cuba, Oswaldo Payá y Harold Cepero, y argumenta que sus muertes no fueron un accidente sino un asesinato orquestado por el régimen castrista. También critica la falta de acción de organizaciones regionales como la UNASUR y países del ALBA y MERCOSUR ante el caso, y hace un llamado a los políticos de la región a unir esfuerzos para apoyar a la población cubana que lucha por