La Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 establece los derechos humanos fundamentales que deben ser protegidos para todos los seres humanos. Fue adoptada por las Naciones Unidas en respuesta a los horrores de la Segunda Guerra Mundial para definir los valores de dignidad e igualdad que se defendieron contra el fascismo y el nazismo. La Declaración establece que todos los seres humanos nacen libres e iguales y que la infancia y la maternidad tienen derecho a cuidados especiales.