1) Una mujer había sufrido de flujo de sangre durante 12 años y había gastado todo su dinero en médicos sin encontrar cura. 2) Ella se acercó a Jesús con fe a pesar de su situación desesperada y tocó su manto, lo que detuvo inmediatamente su flujo de sangre. 3) Jesús reconoció que su poder había sanado a la mujer, y le dijo que su fe la había salvado, enviándola en paz.
2. “De lo Imposible
a lo Posible
La Mujer del
Flujo de Sangre”
Ps. Esteban Espino Luque
3. Lucas 8:40-48
40“Cuando volvió Jesús, le recibió la multitud
con gozo; porque todos le esperaban.
41Entonces vino un varón llamado Jairo, que
era principal de la sinagoga, y postrándose a
los pies de Jesús, le rogaba que entrase en su
casa; 42porque tenía una hija única, como de
doce años, que se estaba muriendo. Y
mientras iba, la multitud le oprimía. 43Pero
una mujer que padecía de flujo de sangre
desde hacía doce años, y que había gastado
en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno
había podido ser curada,
4. Lucas 8:40-48
44se le acercó por detrás y tocó el borde de su
manto; y al instante se detuvo el flujo de su
sangre. 45Entonces Jesús dijo: ¿Quién es el que me
ha tocado? Y negando todos, dijo Pedro y los que
con él estaban: Maestro, la multitud te aprieta y
oprime, y dices: ¿Quién es el que me ha tocado?
46Pero Jesús dijo: Alguien me ha tocado; porque yo
he conocido que ha salido poder de mí. 47Entonces,
cuando la mujer vio que no había quedado oculta,
vino temblando, y postrándose a sus pies, le
declaró delante de todo el pueblo por qué causa le
había tocado, y cómo al instante había sido
sanada. 48Y él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; ve
en paz”.
6. VEAMOS QUÉ ERA IMPOSIBLE PARA ESTA
MUJER (Lc. 8:43):
“Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce
años, y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por
ninguno había podido ser curada”.
7. Su enfermedad era grave: vs. 43a
“Pero una mujer que padecía de flujo de sangre…”
Su enfermedad era prolongada: vs. 43b
”Pero una mujer que padecía de flujo de sangre
desde hacía doce años…”
Su enfermedad era muy costosa: vs. 43c
“Pero una mujer que padecía de flujo de sangre
desde hacía doce años, y que había gastado en
médicos todo cuanto tenía…”
Su enfermedad no tenía cura: vs. 43d
“Pero una mujer que padecía de flujo de sangre
desde hacía doce años, y que había gastado en
médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había
podido ser curada”
8. VEAMOS SU DISPOSICIÓN PARA ENFRENTAR LO
IMPOSIBLE Lc. 8:44:
“Se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante
se detuvo el flujo de su sangre”.
• A pesar de su delicada situación ella no cayó en la amargura:
9. Amargura por su Esterilidad
Amargura por su Pobreza
Amargura por su Soledad
Amargura por su desesperación
10. VEAMOS COMO ESTA MUJER PASÓ DE LO IMPOSIBLE A LO
POSIBLE Lc. 8:45-48:
45“Entonces Jesús dijo: ¿Quién es el que me ha tocado? Y negando todos, dijo Pedro y
los que con él estaban: Maestro, la multitud te aprieta y oprime, y dices: ¿Quién
es el que me ha tocado? 46Pero Jesús dijo: Alguien me ha tocado; porque yo he
conocido que ha salido poder de mí.
11. VEAMOS COMO ESTA MUJER PASÓ DE LO IMPOSIBLE A LO
POSIBLE Lc. 8:45-48:
47Entonces, cuando la mujer vio que no había quedado oculta, vino temblando, y
postrándose a sus pies, le declaró delante de todo el pueblo por qué causa le
había tocado, y cómo al instante había sido sanada.
48Y él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz”.
12. Experimentó el poder de Dios en su vida: Lc.
8:46
“Pero “Jesús dijo: Alguien me ha tocado; porque
yo he conocido que ha salido poder de mí”.
Se presentó ante Jesús con humildad: Lc.
8:47a “Entonces, cuando la mujer vio que no
había quedado oculta, vino temblando, y
postrándose a sus pies…”.
Confesó lo que había hecho: Lc. 8:47b
“Le declaró delante del pueblo por qué causa
le había tocado”.
Dio testimonio de la sanidad que había
recibido: Lc. 8:47c
“…y cómo al instante había sido sanada”.
13. CONCLUSIÓN
Lc. 8:48
“Y él le dijo: Hija, tu fe te
ha salvado; ve en paz”.
Ella estaba temblando,
asustada y allí está Jesús
tratándola
personalmente,
tratándola con mucha
ternura, tratándola con
familiaridad, la llamó hija,
14. CONCLUSIÓN
y le dijo esa fe que tú has
puesto en mí, esa
confianza que tú has
depositado en mí tuvo su
recompensa “tu fe te ha
salvado” “ve en paz”.
acercate a Jesús y pon tu
confianza en Él, cree en
Jesús el Señor de los
Milagros, esta mujer pasó
de lo imposible a lo
posible.