El documento describe cómo el consumo de trigo de las familias aumentó a medida que disminuyó el precio por tonelada, llegando a consumir 10 millones de toneladas cuando el precio bajó a 2 mil euros. Un mago de las finanzas contratado por los agricultores dibujó una curva de demanda para predecir que a un precio de 3 mil euros la demanda sería de 7 mil toneladas.