El 22 de abril de 2010 ocurrió un gran derrame de petróleo en el Golfo de México que vertió más de 5,000 barriles de crudo al mar, amenazando con convertirse en una de las peores catástrofes ecológicas de Estados Unidos. El derrame afectó a cientos de especies de aves, peces, mamíferos y otros animales, y puso en peligro arrecifes de coral mientras 20,000 personas trabajaban para limpiar las costas contaminadas.