Los discípulos despertaron a Jesús cuando una gran tormenta amenazaba con hundir su barca, pero Jesús reprendió a los vientos y al mar y logró calmar la tormenta. El pasaje recuerda a los lectores que aunque pasen por tormentas en la vida, Dios siempre estará con ellos y romperá cualquier barrera si piden su ayuda con fe.