Los Fariseos deseaban vivir de acuerdo a la doctrina religiosa y aplicarla de manera práctica en el mundo helénico. Murieron defendiendo su fe durante una revuelta contra Roma. Luego dominaron la vida religiosa y social de los judíos como parte del Sanedrín. Sin embargo, Jesús los criticó por no vivir conforme a la Palabra de Dios y por enfatizar demasiado las apariencias externas en lugar del amor.