Este documento enfatiza la importancia de mantener un espíritu despierto y una fe viva. Advierte que si no nos despertamos, podemos ser arrastrados espiritualmente o perder todo lo que tenemos. Insta a despertar como Zorobabel, Josué y el pueblo de Dios en tiempos pasados para no caer en vergüenza o extraviarnos de la verdad. Un espíritu despierto garantiza un corazón lleno de fe y evita derrotas espirituales.