El Día Mundial del Agua se originó en la Conferencia de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo de 1992 en Argentina y fue establecido oficialmente por la Asamblea General de la ONU en 1993 para celebrarse cada 22 de marzo, con el fin de crear conciencia sobre la importancia del agua y promover su conservación y gestión sostenible.