El documento describe la importancia de la alegría en la educación de los jóvenes según Juan Bosco. Creó la "Sociedad de la Alegría" para sacar a los muchachos de la calle y hacerlos mejores cristianos a través de la alegría, el juego, el canto y la oración. Su alumno predilecto Domingo Savio dijo que "hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres". La música también jugó un papel clave como "alma" del Oratorio de Valdocco.