4. Bombones, crepes, chocolate a la taza, fruta con chocolate, ginja (licor
típico de la tierra) en vaso de chocolate y muchas otras formas de
tomar el producto tan querido por todos. Productores, distribuidores,
cocineros y sobre todo consumidores se dan cita en esta villa medieval
que acoge entre sus murallas una larga lista de actividades para que
se diviertan los visitantes de todas las edades. «Este es un evento
familiar», recuerda José Pereira. Además de comer chocolate es
posible aprender a utilizarlo en la cocina. Hay cursos de cocina para los
niños a partir de 3 años, que pueden hacer galletas y bombones, entre
otros dulces. Para los mayores están los cursos de chocolatería, de una
hora, divididos en tres niveles, y uno específico para la confección de
bombones. Incluso está previsto un desfile de modelos, el día 16,
con ropas elaboradas con chocolate.