El disco duro almacena datos en una pila de discos llamados platos que están divididos en pistas y sectores. Cada sector almacena 512 bytes de información. Lógicamente, los discos duros están formados por un sector de arranque que contiene la tabla de particiones y un programa de inicialización, y particiones que actúan como zonas de almacenamiento, pudiendo existir hasta cuatro particiones primarias y una extendida.