Jesús cura a un hombre sordomudo en la Decápolis. Primero le toca los oídos y la lengua con saliva, luego mira al cielo y dice "Effetá", que significa "ábrete". Inmediatamente el hombre puede oír y hablar. La gente se asombra de que Jesús puede hacer oír a los sordos y hablar a los mudos. Jesús les pide que no cuenten lo sucedido, pero cuanto más se lo pide, más lo proclaman.