Don Quijote defiende la generosidad de perdonar las ofensas menores y centrarse en el bien mayor. Explica que la verdadera belleza proviene del alma a través de la bondad, la honestidad y los buenos modales. Además, señala que los caballeros andantes deben ayudar a los necesitados sin juzgar sus acciones, y que la virtud reside más en los actos que en el estatus de una persona.