El documento critica la evaluación de maestros como culpables de los problemas educativos cuando son el eslabón más bajo y peor pagado en la cadena. Además, cuestiona que las pruebas no sean devueltas a los maestros y que se pretenda reprimirlos con fuerzas armadas. Si bien la educación tiene falencias, no es justo responsabilizar solo a los maestros. Ellos no son enciclopedias sino seres humanos que encuentran su mayor recompensa en el cariño de los estudiantes.