El ataque terrorista del 11 de septiembre aumentó la preocupación por posibles ciberataques. Una consultora advirtió que Internet podría usarse como arma terrorista. Recomendó que las empresas revisen su seguridad y actualicen antivirus. El Senado estadounidense expandió el sistema de vigilancia de correo electrónico del FBI para incluir terrorismo y delitos informáticos, con el fin de reducir la ciberdelincuencia mediante una mayor vigilancia en Internet.