Tuco está ensayando un tango en su habitación aislada cuando recibe la visita de Sebastián. Tuco cree que el Mingo lo ayudará a conseguir shows de canto en la televisión, pero Sebastián intenta advertirle que el Mingo le mintió y no tiene esos contactos. Tuco se niega a creerlo y continúa haciendo gárgaras, sin escuchar los intentos de Sebastián por abrirle los ojos sobre la verdad.