El documento presenta una escena en la antecocina de un restaurante italiano en Roma, donde varios personajes interactúan mientras preparan cosas para el día. El Abuelo toca el acordeón y canta canciones de tango recordando Buenos Aires. Frida está empacando para regresar a Madrid. Chilo se queja del diariero local. Lucía atiende el restaurante mientras espera hablar por teléfono con su nieto Martín en Londres.