El amor es un acto de perdón interminable y una mirada tierna que se convierte en hábito. El amor es un juego en el que ambos jugadores pueden ganar y una condición en la que la felicidad del otro es imprescindible para la propia felicidad. El verdadero amor no se conoce por lo que exige, sino por lo que ofrece, y el que ama de verdad no enciende el fuego sino que lo conserva.