El bagrecico quería conocer el mar al igual que el viejo bagre cuando era joven. Vivía en un remanso de un riachuelo en la selva alta del Perú junto a su madre, quien se preocupó cuando el bagrecico se fue de viaje siguiendo las enseñanzas del viejo bagre. Después de dos días y medio de viaje por el riachuelo, el bagrecico llegó a la desembocadura de un río más grande.