El conflicto en Colombia se debe principalmente a la desigual distribución de la tierra, una de las más desiguales en el mundo. Las políticas del estado colombiano han beneficiado a una minoría en detrimento de los campesinos, ya sea por errores o intenciones maliciosas. Esta inequidad y violencia podría detenerse con el desarrollo a largo plazo propuesto en los Acuerdos de La Habana. El conflicto también involucra pobreza, exclusión política, narcotráfico y grupos armados al margen de la ley.