El embalse de Belesar fue construido en 1963 en el río Miño para abastecer una central hidroeléctrica. La construcción del embalse inundó el pueblo de Puertomarín, que tuvo que ser reconstruido. Debido a la sequía actual, casas y un puente que estaban sumergidos ahora son visibles, lo que demuestra la gravedad de la situación. Se pide a la gente que valore y conserve el agua para evitar quedarse sin ella en el futuro.