En el desierto de Atacama, el más árido del mundo ubicado en Chile, ocurre un espectacular fenómeno climático donde durante los meses de invierno más de 200 tipos de flores cubren el paisaje luego de las lluvias estacionales. Estas plantas han adaptado la capacidad de mantener sus semillas dormidas bajo la superficie por años hasta que las lluvias las hacen florecer, transformando el desierto en un mar de colores.