Decreto Ejecutivo 255 Reglamento de Seguridad y Salud en el Trabajo
El mercado y la política
1. El mercado y la política
Hoy el mercado activa dispositivos electrónicos y nuevas tecnologías para atraer consumidores,
inducirlos a consumir más, los monitorea como lo hace Wal-Mart , grabando las expresiones
del rostro al momento que tocan, leen, observan y compran un producto, lo mismo al llegar al
área de cajas y el costo que erogan por lo comprado. El rostro debe arrojarles una denotación de
enojo, placer, satisfacción, alegría o frustración. La imagen del rostro orienta al hipermercado a
fabricar ofertas, promocionar los productos que invaden de agrado y deleite al cliente, a
correlacionar la tarjeta que utilizó en el desembolso en caja con las ofertas con pagos a plazos
que debe instrumentar. En fin, hoy las ventas están en función del deseo, aspiración, anhelo y
satisfacción del cliente. Esto es denominado Sesgo de información, que se traduce en escuchar lo
que quiero saber.
En la política electoral del Siglo XXI, no importa la imagen, belleza, los reflectores ni los
discursos. Esa etapa que surgió en los 90 del Siglo XX ya no pesa en el terreno electoral. Ahora,
al igual que la estrategia del mercado, buscan entender lo que la gente o el votante quiere, que
sea la gente la que hable por el político/candidato, que los electores expresen sus anhelos a través
de las redes, spot, opinión pública, a fin de que el proselitismo lo hagan los ciudadanos.
Esta estrategia genera dos reacciones, una es el entusiasmo, donde el ciudadano busca
información del candidato, sus vínculos, antecedentes y estructura su decisión.
En otro segmento bastante significativo, despierta ansiedad, no reflexionan sobre la
manipulación, más bien se aferran a lo dicho en su participación proselitista. La ansiedad intensa
debilita e interfiere con la conducta exploratoria y está asociada a una afectividad plana y
con una desconexión de la vida y de las relaciones.
Interesante lo que se asoma en el escenario latinoamericano
Robinson