El documento narra un incómodo encuentro entre dos viajeros en un baño de una estación de servicio. Uno de los viajeros inicia una conversación con preguntas personales al otro, quien se siente incómodo pero responde forzadamente. El primer viajero termina la conversación molesto porque el otro respondió a todas sus preguntas. La moraleja es que cuando uno está en el baño debería limitarse a su función sin conversar con otros.