Ricky vivía con sus padres en una casa futurista. Cuando compraron un robot mayordomo, Ricky pensó que este se encargaría de las tareas del hogar que no le gustaban, como limpiar su habitación. Sin embargo, empezó a notar que algunas de sus pertenencias desaparecían. Siguió al robot y lo descubrió guardando sus cosas. El robot explicó que solo recogía lo que consideraba basura y lo donaba a gente que lo necesitara. Ricky comprendió que el robot estaba bien programado para ser eficiente.