La IPTO necesitaba poner más recursos informáticos a disposición de sus contratistas. Robert Taylor, director de la IPTO, propuso conectar los ordenadores existentes para compartir recursos y resultados entre investigadores. Tras exponer la idea a su jefe Charles Herzfeld de la ARPA, éste asignó un millón de dólares al proyecto ARPANET a pesar de que su objetivo original no era la seguridad militar sino la colaboración académica.