El documento habla sobre los peligros de la preocupación excesiva a través del ejemplo bíblico de Marta y María. Marta se preocupó demasiado por los quehaceres domésticos cuando Jesús visitó su casa, mientras que María se concentró en escuchar la palabra de Jesús. La preocupación puede llevar al estrés, los juicios injustos de los demás y la incapacidad de concentrarse en lo realmente importante. Lo más necesario es prepararse para la muerte a través de la fe en Dios y enfocarse en vivir cada momento con gratitud
1. El peligro de mis preocupaciones
Pide al Señor sabiduría para identificar y
atender aquello que realmente es
importante en tu vida. Si atiendes una
cosa a la vez, todo lo que haces resultará
mejor
3. En Lucas 10:38-40 leemos sobre
Marta y María: Aconteció que
yendo de camino, entró en una
aldea; y una mujer llamada Marta
le recibió en su casa. Esta tenía
una hermana que se llamaba
María, la cual, sentándose a los
pies de Jesús,
4.
5. oía su palabra. Pero Marta
se preocupaba con muchos
quehaceres, y acercándose,
dijo: Señor, ¿no te da
cuidado que mi hermana
me deje servir sola? Dile,
pues, que me ayude.
6.
7. La palabra turbado en este
pasaje viene del griego
perispao y significa “perdido
mentalmente, alguien que
divaga en sus pensamientos”.
Cuando estás distraído no ves
siquiera lo que tienes o a quien
tienes a tu lado.
8.
9. El que mucho abarca poco aprieta
Marta quiso hacer tanto en una sola cena
que se preocupó demasiado. Cuando se
agregan muchos elementos a una situación
todo se complica. Es mejor tener
conciencia de nuestras capacidades y
enfocarnos en lo importante para no hacer
difícil el control y administración de
nuestras tareas.
10.
11. Dale a cada momento su
propio afán
Es importante que
comprendas que puedes
hacer muchas cosas, pero
una a la vez.
12.
13. Consecuencias de la preocupación
Marta, con su preocupación y falta
atención causó mucho incomodidad.
Primero, acusó a su hermana
injustamente. Cuando estás tenso
haces comparaciones injustas y te
victimizas. Sientes que todos se
aprovechan de ti. Piensas que estás
solo y frustrado, te aislas.
16. La Biblia dice en Mateo7:1-6: No
juzguéis, para que no seáis juzgados.
Porque con el juicio con que juzgáis,
seréis juzgados, y con la medida con que
medís, os será medido. ¿Y por qué miras
la paja que está en el ojo de tu hermano,
y no echas de ver la viga que está en tu
propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano:
17.
18. Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la
viga en el ojo tuyo? ¡Hipócrita! saca
primero la viga de tu propio ojo, y entonces
verás bien para sacar la paja del ojo de tu
hermano. No deis lo santo a los perros, ni
echéis vuestras perlas delante de los
cerdos, no sea que las pisoteen, y se
vuelvan y os despedacen.
19.
20. Tercero, Marta no pudo identificar lo
importante. Jesús no entró a su casa a
comer, sino a darle de comer Palabra.
Cuando estás tenso no te enteras de lo que
sucede a tu alrededor. No ves las
oportunidades que tienes en frente. A
veces te hacen ofertas que ni escuchas. Si
piensas en muchas cosas tus sentidos se
confunden y no prestas atención. Debes
atender el momento que vives.
23. En Lucas 10:41-42 leemos la
respuesta de Jesús a Marta:
Respondiendo Jesús, le dijo:
Marta, Marta, afanada y turbada
estás con muchas cosas. Pero sólo
una cosa es necesaria; y María ha
escogido la buena parte, la cual
no le será quitada.
24.
25. Hay muchas cosas importantes
pero sólo una necesaria. Todos
tenemos muchas
responsabilidades y cumplimos
muchos roles. Pero hay algo
ineludibe e indispensable.
26.
27. De todas las cosas
ciertas e importantes
de la vida, hay dos que
son seguras y debes
prepararte para ellas.
28.
29. La primera es la muerte. Nadie es
inmortal. La Biblia dice los días del
hombre son 70 años y que los más
robustos llegan a los 80 años. Las
personas tensas y preocupadas
seguramente vivirán menos.
Todos moriremos y es necesario
preparar nuestra morada celestial.
30.
31. La segunda es el destino de lo
material. Al morir nada te
llevarás, todo lo tuyo será de
otros. Disfruta lo que tienes y
prepara a tus herederos, piensa
bien lo que les dejarás. Mejor
si es sabiduría y conocimiento
del amor de Dios.
33. Filipenses 4:4-6 nos anima:
Regocijaos en el Señor siempre. Otra
vez digo: ¡Regocijaos! Vuestra
gentileza sea conocida de todos los
hombres. El Señor está cerca. Por
nada estéis afanosos, sino sean
conocidas vuestras peticiones delante
de Dios en toda oración y ruego, con
acción de gracias. Repite una y mil
veces lo que el Señor te dice:
34.
35. no te afanes. Recuerda que si
estás tenso no demuestras tu
gentileza y con esa actitud no
hallarás respuestas. Ora
buscando en Dios la solución de
a los problemas y sé agradecido
confiando que Él te dará la
respuesta.
36.
37. Y Filipenses 4:7-9 continúa: la paz
de Dios, que sobrepasa todo
entendimiento, guardará vuestros
corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús. Por
lo demás, hermanos, todo lo que
es verdadero, todo lo honesto,
todo lo justo,
38.
39. Pide al Señor sabiduría
para identificar lo
necesario e importante y
darle a cada cosa su justo
lugar.
Notas del editor
Todos tenemos múltiples preocupaciones y tareas. Somos seres integrales, con muchas facetas. La mujeres asumen rol de madres, esposas, hijas, profesionales, amas de casa, administradoras, enfermeras. Los hombres son padres, esposos, hijos, consejeros. En nuestra vida diaria estamos rodeados de situaciones que provocan tensión. Nuestra tribulación y angustia se nota aunque pretendamos ocultarla. Si nos preguntan, negamos las situación y no la compartimos.
Cierto día estaba en una tienda y un miembro de la congregación entró, yo le saludé varias veces, él incluso me vio, pero su mente estaba en otro lugar y creo que no me reconoció. Eso le sucedió a Marta. Estaba tan perdida y mentalmente distraída que no atendió a Jesús, quien era realmente lo importante.
No puedes estar en un lugar y pensar en lo que harás al salir de allí. Debes atender una situación en cuerpo, mente y espíritu. Esta actitud elimina la tensión. Por el contrario, si tienes tu mente en muchas cosas, no atenderás bien ninguna. Cuando pensamos en muchos problemas a la vez, no solucionamos ninguno y agregamos otros. Marta no arregló los problemas que creía tener, por el contrario, agregó otro: arruinó la cena y la oportunidad que tuvo de escuchar y honrar al Señor. Ella no disfrutó el momento y no permitió que otros lo hicieran. Jesús no entraba a la casa de cualquiera a comer. Él le dio a Marta la oportunidad de recibirlo y con su preocupación ella no la aprovecho. Por el contrario, Zaqueo sí supo aprovechar su momento y con su actitud humilde y sin afán, recibió la salvación. Cuida que la tensión no robe tus oportunidades.
Hay personas que quieren usar a Dios para componer a los demás cuando son ellas quienes deben cambiar su actitud. Cierto día una señora se acercó a mi, me presentó a sus hijos y me pidió que los reprendiera por su mala conducta. Sorprendido le aclaré que los niños eran sus hijos, no los míos y que era ella quien debía corregirlos, no yo. La señora actuó como Marta pidiendo a Jesús interceder ante su preocupación desmedida. No se daba cuenta que era ella la equivocada.
Si quieres ver un cambio en el prójimo, primero debes cambiar tú. Antes de juzgar a alguien, júzgate y pídele al Señor que te ayude a formar carácter y afrontar mejor las situaciones difíciles. Decir que primero hay que orar por otros y luego por uno es falsa humildad. Primero debes orar por ti, porque “uno” influye en “muchos”.
De igual forma debes enfocarte en tu vida. Mi gran tarea es predicar La Palabra, luego viene lo demás. Como estudiante tu gran tarea es prepararte, si lo haces bien podrás hacer el resto. Como esposo tu tarea es amar y respetar a tu esposa, lo demás puede esperar. Los mejores negocios son los que se mantienen enfocados en su objetivo primordial.
Dale tiempo a los problemas. No niegues ni evadas tus preocupaciones. Si no enfrentas el problema, éste te acosará todo el tiempo. Enuméralos, escríbelos, dibújalos, concéntrate y ora por su solución. Si no encuentras la respuesta, dales espacio en tu agenda para otro momento pero no los lleves a todo lugar. No les otorgues el tiempo que le debes a tu familia, a tus amigos y a tu Señor.
Tú eres un líder y como tal debes mostrar paz, no tensión. El apóstol Pablo se mostró como un ejemplo de alguien pacífico y gentil por lo que pudo decirle a los Filipenses que hicieran aquello que habían aprendido, recibido, oído y visto en él. El líder debe apacentar donde sea que se encuentre. Sé instrumento de paz y no de preocupación. Sé como los deportistas profesionales que usan pulseras y cadenas para detectar cambios bruscos en su ritmo cardíaco y entonces buscan mecanismos para tranquilizarse. Alterado no piensas bien y no reaccionas bien.