El documento habla sobre cómo los puercos espín aprendieron a vivir juntos a pesar de sus espinas durante la era glacial. Aunque sus espinas herían a los vecinos que les brindaban calor, decidieron aceptar esas heridas pequeñas para sobrevivir juntos. La mejor relación no es entre personas perfectas, sino aquellas donde se aceptan los defectos del otro.