El turismo en la Antártida ha aumentado de manera constante desde la década de 1950, trayendo 40,000 visitantes por año. Sin embargo, los científicos han encontrado que el turismo está causando un aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación, lo que amenaza a la frágil vida silvestre y el medio ambiente. Además, el ruido y la presencia de turistas están alterando el comportamiento de los pingüinos y poniendo en peligro sus crías. Se necesitan regulaciones más e
1. EL TURISMO Y EL CONTINENTE ANTARTICO
El turismo se ha convertido en una importante fuente económica de desarrollo a nivel
mundial. Una gran cantidad de países han aunado sus esfuerzos para desarrollar estrategias
en pro de captar recursos provenientes de esta actividad; muchos de estos gobiernos, han
obtenido excelentes resultados en beneficio de sus habitantes. Hoy desde las islas de
Barrientos en el Continente Antártico al sur del planeta, analizaremos el turismo y su impacto
en este frágil medio ambiente.
Desde la década de los cincuenta muchas personas han optado por visitar la Antártida; a través
del tiempo, esta actividad se ha ido incrementando paulatinamente. En 1958 arribó el primer
crucero con 70 turistas, hoy en día son alrededor de 40.000 visitantes los que año a año llegan
hasta estas remotas tierras para realizar actividades relacionadas al turismo. Personas
provenientes de países como: Estados Unidos, Canadá y países Europeos son los que más ha
menudo toman estos tours atraídos por inmensidad de su territorio y la belleza de sus
paisajes; pero, ¿Cuál es el impacto ambiental que esta actividad produce en estas latitudes del
planeta?
De acuerdo a los científicos que habitan en este lugar, los resultados han sido muy
preocupantes ya que el incremento de emisiones (gases tóxicos expulsados en la atmósfera)
ha aumentado considerablemente. Los datos proporcionados por el Instituto Abertis
coordinador de la comunidad científica, aseveran que las emisiones del turista en la Antártida
es de 4,39 toneladas de CO2, de las cuales el 56% corresponden al crucero y el 44% al traslado
en avión; esto deja ver, que la contaminación esta creciendo a un ritmo acelerado comparado
con datos estadístico de años anteriores.
Mucha de la vida silvestre que habita en este hermoso continente, se ve afectada por la
interacción de los turistas con la naturaleza; recordemos, que para que una persona pueda
sobrevivir en este congelado lugar, necesita suplementos como: comida, calor, agua y que la
utilización de los mismos producen desechos tales como: basura, residuos sólidos, aguas
servidas etc. Un turista que visita el continente por 15 días produce un promedio de 3.5 Kg, de
aguas grises, 300 litros de aguas negras según el Instituto Abertis. Estos residuos al ser
desechados causan una inmensa contaminación, la misma que afecta de forma directa a las
plantas. Si consideramos el hecho; de que en muchos casos para que una planta pueda volver
a crecer en este lugar, necesita alrededor de 100 años debido a las extremas condiciones
climáticas del mismo.
Una de las atracciones preferidas de los turistas son los pingüinos, que son animales que viven
en colonias aisladas, y que para poder observarlos se necesita movilizar a toda la masa de
gente a lugares específicos; sus suelos, al ser pisados son afectados en su estructura y
composición por los diferentes agentes patógenos y químicos (gérmenes, virus,
contaminantes) que éstos portan al lugar. Estos territorios necesitan de un tiempo sumamente
prolongado para volver a regenerarse a su estado natural.
Otro dato interesante según el Instituto Abertis es que la presencia de paseantes afecta el
comportamiento y la alimentación en los pingüinos bebés debido a la contaminación por ruido
2. ya que una criatura llamado “skua” que sirve de alimento a los mismos, ha emigrado a otros
lugares, lo que pone en riesgo la vida de esta especie.
El Dr. Albert M. Jones Director General de la Comunidad Científica en la Antártida proporciona
datos adicionales y manifiesta que: “Este continente al no estar sujeto a tutela gubernamental
de ningún país en particular, posee gobiernos locales que tienen por objeto el proteger este
medio ambiente y que existe una comunidad de científicos viviendo en el lugar e
interactuando muy de cerca con los habitantes con el propósito de conducir trabajos
encaminados al mejoramiento y preservación de la vida en nuestro planeta”. Por esta razón es
imprescindible regular el número de visitantes anuales que recibe este continente, ya que
pueden afectar trabajos de orden investigativo y científico con solamente tomar una decisión
equivocada. Los estudios que se llevan a cabo por parte de los científicos son de interés
mundial: El calentamiento global, la edad del hielo Ártico - para determinar la manera como se
formó la tierra-, los efectos de los rayos ultravioleta en los seres vivos, la extensión del agujero
de la capa de ozono- descubierto sobre la Antártida en 1984- etc., son datos esenciales para
mejorar y proteger la existencia de los seres vivos.
Otra organización como Greenpeace (Institución dedicada a la conservación del medio
ambiente en todo el planeta) alza su voz protesta y manifiesta que turistas dejan basura en las
playas y alteran el balance natural del lugar, siendo también los derramamientos de petróleo
otro de las tantos problemas causados por el turismo; este último, es muy serio ya que no
únicamente mata pingüinos sino que también contamina y lapida la escasa y singular
vegetación que existe en el lugar.
3. Por otra parte, la agencia de turismo IATA considera que un turismo sostenido y bien
planificado no tiene un impacto considerable en el medio ambiente y que es una fuente de
ingresos que se debería impulsar para los más de 4.000 colonos que habitan este continente.
“El turismo es una fuente inagotable de recursos que traen mejores formas de vida a los
lugareños” manifiesta el Ing. Juan Andrés Bonafont Gerente General de IATA en la Antártida.
Los tours que ellos realizan tienen unos 100 lugares predeterminados para la visita de turistas
y que cada lugar cuenta con todas las normas de seguridad y protección ambiental requeridas
por las diferentes organizaciones internacionales.
Esta es la situación que se vive en este remoto punto del planeta, un tema al parecer no tan
importante, pero que en su trasfondo encierra numerosas interrogantes que nos llaman a un
análisis más profundo sobre la interacción del hombre y la naturaleza.
Si no protegemos la Antártida muchas especies de plantas y animales pueden desaparecer
para siempre, alterando el frágil balance que existe en este sitio. Sabemos por experiencia que
cuando las cosas cambian por efecto de la manipulación o actividad externa a la naturaleza,
resultados dramáticos y hasta catastróficos ocurren.
Concluyendo se podría decir que este inhóspito pero maravilloso continente debería
mantenerse como una fuente inagotable de conocimiento, encaminada a la preservación de
nuestro planeta y que no se debería permitir actividades lideradas a satisfacer necesidades
vanas del hombre que pongan en riesgo la existencia del mismo.
Joselito Serrano B.