ABSTRACT / Según algunos autores, el momento mismo en que se producía la identidad entre la individualidad fragmentada y lo absoluto, entre en hombre y la divinidad (ātman-Brahman), fruto de la sabiduría interior, se producía también un «arrebato místico» (quizá provocado originariamente por las facultades psicoactivas del Soma, la bebida de los dioses) que llevaba consigo la presencia deslumbrante de la luz; es decir, que «se accedía al conocimiento del ser mediante una experiencia de luz sobrenatural». «Lo que indicaba —según Eliade— que la revelación del ātman-Brahman, en tanto que luz, no era simplemente un acto de conocimiento metafísico, sino una experiencia [de carácter místico] más profunda en la que el hombre comprometía también su componente existencial».
ABSTRACT / Toda la tesis de R. Panikkar estuvo dirigida, dada su tradición intelectual multicultural y multirreligiosa, a «un encuentro sincero» entre el cristianismo y el hinduismo; y quizá por eso subtituló este libro («El Cristo desconocido del hinduismo») con el ambicioso reclamo: «Para una cristofanía ecuménica». No obstante, y para no engañar a los lectores sobre el verdadero propósito y los riesgos de la obra, Panikkar dejaba muy claro que toda su formulación relativa al común mediador cristiano e hindú (Īśvara-Cristo) iba a encontrar un escollo difícilmente salvable, si desde el lado cristiano se solapaba el elemento «teohistoriológico» de un hijo de María llamado Jesús, arrebatando el protagonismo y la prioridad al Logos. «Pues no solo el concepto cristiano de historia es, en cierto modo, ajeno al espíritu indio [concluía]. Admitir la idea cristiana de la historia [...], es ya presuponer el concepto cristiano de Cristo. No debemos olvidar que la primera interpretación filosófica de Cristo empieza por un discurso sobre el “Logos” hecho carne y no por un discurso sobre la carne».
Eliseo Ferrer - Interview / Autor de «Sacrificio y drama del Rey Sagrado»Eliseo Ferrer
Cualquier estudiante de historia o a logía de la religión sabe que no hay revelación; o, cuando menos, no la hay en el sentido apriorístico que le ofrece la teología. La «revelación», para la ciencia, es algo que se da a posteriori y que brota de la vida de los hombres. En este sentido, debo reconocer que el cristianismo no nació en el Portal de Belén ni tras la imaginaria muerte y resurrección del hijo de dios. Como todo fenómeno espiritual y religioso, el cristianismo fue fruto de un largo proceso de interacción del hombre con el medio; de un largo proceso de concatenación de diferentes contextos culturales, y, en última instancia, de la elaboración, reelaboración, corrección y enmienda de innumerables textos surgidos de una tradición oral anterior.
Eliseo Ferrer / La tradición indoirania y el origen de la gnosis de todos los...Eliseo Ferrer
ABSTRACT / Según algunos autores, el momento mismo en que se producía la identidad entre la individualidad fragmentada y lo absoluto, entre en hombre y la divinidad (ātman-Brahman), fruto de la sabiduría interior, se producía también un «arrebato místico» (quizá provocado originariamente por las facultades psicoactivas del Soma, la bebida de los dioses) que llevaba consigo la presencia deslumbrante de la luz; es decir, que «se accedía al conocimiento del ser mediante una experiencia de luz sobrenatural». «Lo que indicaba —según Eliade— que la revelación del ātman-Brahman, en tanto que luz, no era simplemente un acto de conocimiento metafísico, sino una experiencia [de carácter místico] más profunda en la que el hombre comprometía también su componente existencial».
Eliseo Ferrer / PREAMBULO. Sacrificio y drama del Rey SagradoEliseo Ferrer
Sacrificio y drama del Rey Sagrado
(Genealogía, antropología e historia del mito de Cristo)
Autor: Eliseo Ferrer
784 páginas
El Mesías-Cristo:
Un mito ancestral y arcaico reformulado por
las sectas del mesianismo apocalíptico judío
y transformado por la Iglesia del siglo segundo
Un cristianismo judío sin historia evangélica ni «punto cero».
Eliseo Ferrer propone en Sacrificio y drama del rey sagrado (Genealogía, antropología e historia del mito de Cristo) una visión alternativa y crítica de los fundamentos del cristianismo. Pues, situado dentro del contexto del mesianismo judío, el cristianismo de los «orígenes» fue un fenómeno enormemente complejo que nada tuvo que ver con las simplificaciones de los catecismos de la Iglesia, ni tampoco con las ficciones que más tarde construyeron los reformadores luteranos a través de su ucronía de pureza (Urgemeinde).
Eliseo Ferrer / Muerte y Resurrección en las religiones de misterio y su infl...Eliseo Ferrer
Los «dioses» salvadores de las religiones mistéricas, los modelos arquetípicos de los cultos secretos orientales y griegos, fueron entidades carismáticas capaces de ofrecer la salvación a los hombres en términos de inmortalidad: figuras míticas y de remoto y ancestral origen, que, a pesar de su proyección arcaica, hemos situado en el periodo neolítico que contempló el nacimiento de la agricultura: encarnaciones de los procesos y fuerzas del cosmos, de la naturaleza y de la fertilidad agrícola, imprescindibles para la supervivencia material de los pueblos primitivos. Figuras semidivinas que, junto a la Diosa Madre, fueron interpretadas, en un principio, de manera mágica y numinosa, como primitivas deidades de la vegetación; pero que, a lo largo de los siglos, fueron transformadas en entidades espirituales y redentoras que, de manera muy diferente, y por distintos caminos, llegaron primero a Grecia y luego a los dominios del mundo romano. «Un tipo de deidad, en definitiva, muy conocida: el dios que moría y resucitaba todos los años, y que había surgido como un espíritu de la vegetación. Un dios que adquiría profundo valor emotivo como prototipo divino del inexorable destino de los hombres, cuyo nacimiento y muerte constituían el rasgo destacado de los misterios».
Eliseo Ferrer propone en Sacrificio y drama del rey sagrado (Genealogía, antropología e historia del mito de Cristo) una visión alternativa y crítica de los fundamentos del cristianismo. Pues, situado dentro del contexto del mesianismo judío, el cristianismo de los «orígenes» fue un fenómeno enormemente complejo que nada tuvo que ver con las simplificaciones de los catecismos de la Iglesia, ni tampoco con las ficciones que más tarde construyeron los reformadores luteranos a través de su ucronía de pureza (Urgemeinde).
Como afirma su autor, para entender el fenómeno en su verdadera dimensión hemos de saber, en primer lugar, qué fueron el protognosticismo y el gnosticismo cristiano, y entender también qué papel desempeñaron la literatura sapiencial judía, la literatura intertestamentaria y la literatura apocalíptica entre ciertas sectas mesiánicas judías del periodo final del Segundo Templo. Y, además de todo ello, y muy importante, hay que valorar en su justo término los hechos acaecidos el año setenta de nuestra era con la destrucción del Templo de Jerusalén en la primera guerra judía contra Roma; además de conocer las técnicas exegéticas y la particular hermenéutica (midrash, derásh, pésher, etc.) que utilizaron en la interpretación de las Escrituras los diferentes judaísmos prerrabínicos, y a través de cuyos métodos fueron redactados los primeros textos de los evangelios.
Eliseo Ferrer / Cultos de la FertilidadEliseo Ferrer
Fragmento del Capítulo primero del libro SACRIFICIO Y DRAMA DEL REY SAGRADO, de Eliseo Ferrer. (Genealogía, antropología e historia del mito de Cristo).
Eliseo Ferrer / Árboles sagrados del judaísmo y el cristianismoEliseo Ferrer
Fragmento del Capítulo primero del libro SACRIFICIO Y DRAMA DEL REY SAGRADO, de Eliseo Ferrer. (Genealogía, antropología e historia del mito de Cristo).
ABSTRACT / Toda la tesis de R. Panikkar estuvo dirigida, dada su tradición intelectual multicultural y multirreligiosa, a «un encuentro sincero» entre el cristianismo y el hinduismo; y quizá por eso subtituló este libro («El Cristo desconocido del hinduismo») con el ambicioso reclamo: «Para una cristofanía ecuménica». No obstante, y para no engañar a los lectores sobre el verdadero propósito y los riesgos de la obra, Panikkar dejaba muy claro que toda su formulación relativa al común mediador cristiano e hindú (Īśvara-Cristo) iba a encontrar un escollo difícilmente salvable, si desde el lado cristiano se solapaba el elemento «teohistoriológico» de un hijo de María llamado Jesús, arrebatando el protagonismo y la prioridad al Logos. «Pues no solo el concepto cristiano de historia es, en cierto modo, ajeno al espíritu indio [concluía]. Admitir la idea cristiana de la historia [...], es ya presuponer el concepto cristiano de Cristo. No debemos olvidar que la primera interpretación filosófica de Cristo empieza por un discurso sobre el “Logos” hecho carne y no por un discurso sobre la carne».
Eliseo Ferrer - Interview / Autor de «Sacrificio y drama del Rey Sagrado»Eliseo Ferrer
Cualquier estudiante de historia o a logía de la religión sabe que no hay revelación; o, cuando menos, no la hay en el sentido apriorístico que le ofrece la teología. La «revelación», para la ciencia, es algo que se da a posteriori y que brota de la vida de los hombres. En este sentido, debo reconocer que el cristianismo no nació en el Portal de Belén ni tras la imaginaria muerte y resurrección del hijo de dios. Como todo fenómeno espiritual y religioso, el cristianismo fue fruto de un largo proceso de interacción del hombre con el medio; de un largo proceso de concatenación de diferentes contextos culturales, y, en última instancia, de la elaboración, reelaboración, corrección y enmienda de innumerables textos surgidos de una tradición oral anterior.
Eliseo Ferrer / La tradición indoirania y el origen de la gnosis de todos los...Eliseo Ferrer
ABSTRACT / Según algunos autores, el momento mismo en que se producía la identidad entre la individualidad fragmentada y lo absoluto, entre en hombre y la divinidad (ātman-Brahman), fruto de la sabiduría interior, se producía también un «arrebato místico» (quizá provocado originariamente por las facultades psicoactivas del Soma, la bebida de los dioses) que llevaba consigo la presencia deslumbrante de la luz; es decir, que «se accedía al conocimiento del ser mediante una experiencia de luz sobrenatural». «Lo que indicaba —según Eliade— que la revelación del ātman-Brahman, en tanto que luz, no era simplemente un acto de conocimiento metafísico, sino una experiencia [de carácter místico] más profunda en la que el hombre comprometía también su componente existencial».
Eliseo Ferrer / PREAMBULO. Sacrificio y drama del Rey SagradoEliseo Ferrer
Sacrificio y drama del Rey Sagrado
(Genealogía, antropología e historia del mito de Cristo)
Autor: Eliseo Ferrer
784 páginas
El Mesías-Cristo:
Un mito ancestral y arcaico reformulado por
las sectas del mesianismo apocalíptico judío
y transformado por la Iglesia del siglo segundo
Un cristianismo judío sin historia evangélica ni «punto cero».
Eliseo Ferrer propone en Sacrificio y drama del rey sagrado (Genealogía, antropología e historia del mito de Cristo) una visión alternativa y crítica de los fundamentos del cristianismo. Pues, situado dentro del contexto del mesianismo judío, el cristianismo de los «orígenes» fue un fenómeno enormemente complejo que nada tuvo que ver con las simplificaciones de los catecismos de la Iglesia, ni tampoco con las ficciones que más tarde construyeron los reformadores luteranos a través de su ucronía de pureza (Urgemeinde).
Eliseo Ferrer / Muerte y Resurrección en las religiones de misterio y su infl...Eliseo Ferrer
Los «dioses» salvadores de las religiones mistéricas, los modelos arquetípicos de los cultos secretos orientales y griegos, fueron entidades carismáticas capaces de ofrecer la salvación a los hombres en términos de inmortalidad: figuras míticas y de remoto y ancestral origen, que, a pesar de su proyección arcaica, hemos situado en el periodo neolítico que contempló el nacimiento de la agricultura: encarnaciones de los procesos y fuerzas del cosmos, de la naturaleza y de la fertilidad agrícola, imprescindibles para la supervivencia material de los pueblos primitivos. Figuras semidivinas que, junto a la Diosa Madre, fueron interpretadas, en un principio, de manera mágica y numinosa, como primitivas deidades de la vegetación; pero que, a lo largo de los siglos, fueron transformadas en entidades espirituales y redentoras que, de manera muy diferente, y por distintos caminos, llegaron primero a Grecia y luego a los dominios del mundo romano. «Un tipo de deidad, en definitiva, muy conocida: el dios que moría y resucitaba todos los años, y que había surgido como un espíritu de la vegetación. Un dios que adquiría profundo valor emotivo como prototipo divino del inexorable destino de los hombres, cuyo nacimiento y muerte constituían el rasgo destacado de los misterios».
Eliseo Ferrer propone en Sacrificio y drama del rey sagrado (Genealogía, antropología e historia del mito de Cristo) una visión alternativa y crítica de los fundamentos del cristianismo. Pues, situado dentro del contexto del mesianismo judío, el cristianismo de los «orígenes» fue un fenómeno enormemente complejo que nada tuvo que ver con las simplificaciones de los catecismos de la Iglesia, ni tampoco con las ficciones que más tarde construyeron los reformadores luteranos a través de su ucronía de pureza (Urgemeinde).
Como afirma su autor, para entender el fenómeno en su verdadera dimensión hemos de saber, en primer lugar, qué fueron el protognosticismo y el gnosticismo cristiano, y entender también qué papel desempeñaron la literatura sapiencial judía, la literatura intertestamentaria y la literatura apocalíptica entre ciertas sectas mesiánicas judías del periodo final del Segundo Templo. Y, además de todo ello, y muy importante, hay que valorar en su justo término los hechos acaecidos el año setenta de nuestra era con la destrucción del Templo de Jerusalén en la primera guerra judía contra Roma; además de conocer las técnicas exegéticas y la particular hermenéutica (midrash, derásh, pésher, etc.) que utilizaron en la interpretación de las Escrituras los diferentes judaísmos prerrabínicos, y a través de cuyos métodos fueron redactados los primeros textos de los evangelios.
Eliseo Ferrer / Cultos de la FertilidadEliseo Ferrer
Fragmento del Capítulo primero del libro SACRIFICIO Y DRAMA DEL REY SAGRADO, de Eliseo Ferrer. (Genealogía, antropología e historia del mito de Cristo).
Eliseo Ferrer / Árboles sagrados del judaísmo y el cristianismoEliseo Ferrer
Fragmento del Capítulo primero del libro SACRIFICIO Y DRAMA DEL REY SAGRADO, de Eliseo Ferrer. (Genealogía, antropología e historia del mito de Cristo).
Eliseo Ferrer / Muerte y Resurrección en el antiguo Egipto. En torno al dios ...Eliseo Ferrer
MUERTE Y RESURRECCION EN EL ANTIGUO EGIPTO.
Un proceso mítico completado a lo largo de los siglos con la lenta solarización del díos ctónico Osiris.
Osiris resucitaba en el inframundo (en el mundo de los muertos), desde cuyo interior gobernaba las energías cósmicas sometidas a la percepción sensorial de la muerte y el renacimiento.
¿Quién era y qué representaba, en consecuencia, Osiris, dentro de este aparente complejo funcional de la fragmentada y diversificada «teología» egipcia?
«Osiris era la vida tomada en el momento de la muerte»: el dios de la resurrección (en sentido amplio), nos responde H. Frankfort; pues hay que reconocer que, entre los grandes dioses de Egipto, Osiris fue una excepción de marcada singularidad: «Su muerte era transfiguración y su poder se reconocía en esa vida que periódicamente surgía de la tierra, renovada eternamente. De ahí que Osiris fuese el dios de la resurrección». El brote anual de la vegetación fue la manifestación más sorprendente de las fuerzas del renacimiento y del crecimiento inmanentes a la tierra y al cosmos; y tanto en los primeros textos como en los de periodos más avanzados, se afirmaba que Osiris reaparecía en los cereales. Pero sería un error volver a repetir, con Frazer, que Osiris fuese un dios del cereal y un dios de la fertilidad; pues a la luz de lo expuesto, y debido a que encontramos en Egipto a Ernutet y a Min como sus propios y verdaderos representantes divinos, nos topamos con una duplicación que exige ser matizada. Con más motivo si queremos descubrir el verdadero e importantísimo papel del mito en el antiguo Egipto y su posterior influencia en el mundo helenístico y cristiano.
El artículo analiza la teosofía en torno al mito del ángel caído. Se analizan los estudios de iluministas suecos, ingleses y franceses de los siglos XVIII y XIX.
Isis sin velo (título original: "Isis Unveiled") es una de las obras más importantes de Helena Petrovna Blavatsky, fundadora de la Sociedad Teosófica.
El libro fue publicado el 29 de septiembre de 1877, siendo la obra más importante de la autora hasta la publicación de La doctrina secreta en 1888, el libro que complementó y amplió las ideas que habían sido presentadas en Isis sin velo.
El Constructo del pensamiento humano expresado en sus miedos, la necesidad de crear a un ser imaginario, a quien poder culpar de las cosas malas que le puedan pasar
Civilización védica, una explicación maro sintética de la india antigua iJosé Ángel Padrón Molina
La Creación Según la Civilización Védica. El origen, la Manifestación llamada Creación fenoménica” Nāsadīya Sūkta, libro X, himno 129, 1-7, del Ṛgvedá.
“Himno del Ser y del No-Ser; himno de la Manifestación llamado Creación del Universo”
El Canto del Alma - Sherab Carbajo Busquets & Yogendra Brau AdellMusica
La ciencia está demostrando, una a una todas las afirmaciones que desde hace cientos, incluso miles de años, vienen transmitiendo las distintas escuelas filosóficas de lo que hoy conocemos como India, en otros tiempos, Bharata, bebiendo todas ellas de la fuente de los Vedas, los libros indios que contienen el conocimiento más antiguo de la humanidad.
Las primeras composiciones de los Vedas, recogidas en el Rig Veda están datadas aproximadamente por el año 2.600 a. C. Se dataron de acuerdo a las posiciones planetarias
que en los mismos se describen.
La ciencia está demostrando que la materia es puro vacío, vibrando constantemente. En los átomos la distancia entre su núcleo y los electrones es proporcionalmente la misma que la
distancia de la Tierra al Sol. Así que la materia está fundamentalmente compuesta de “vacío”. Este concepto de vacío forma la base de todas las enseñanzas indias.
“El mundo se formó desde la mente del Creador, cuando Éste exhaló su aliento, causando la
vibración cósmica que llenó el espacio de Luz. Luz de la que posteriormente nacería la vida… “. Así describían los antiguos el Big Bang.
Eliseo Ferrer / Muerte y Resurrección en el antiguo Egipto. En torno al dios ...Eliseo Ferrer
MUERTE Y RESURRECCION EN EL ANTIGUO EGIPTO.
Un proceso mítico completado a lo largo de los siglos con la lenta solarización del díos ctónico Osiris.
Osiris resucitaba en el inframundo (en el mundo de los muertos), desde cuyo interior gobernaba las energías cósmicas sometidas a la percepción sensorial de la muerte y el renacimiento.
¿Quién era y qué representaba, en consecuencia, Osiris, dentro de este aparente complejo funcional de la fragmentada y diversificada «teología» egipcia?
«Osiris era la vida tomada en el momento de la muerte»: el dios de la resurrección (en sentido amplio), nos responde H. Frankfort; pues hay que reconocer que, entre los grandes dioses de Egipto, Osiris fue una excepción de marcada singularidad: «Su muerte era transfiguración y su poder se reconocía en esa vida que periódicamente surgía de la tierra, renovada eternamente. De ahí que Osiris fuese el dios de la resurrección». El brote anual de la vegetación fue la manifestación más sorprendente de las fuerzas del renacimiento y del crecimiento inmanentes a la tierra y al cosmos; y tanto en los primeros textos como en los de periodos más avanzados, se afirmaba que Osiris reaparecía en los cereales. Pero sería un error volver a repetir, con Frazer, que Osiris fuese un dios del cereal y un dios de la fertilidad; pues a la luz de lo expuesto, y debido a que encontramos en Egipto a Ernutet y a Min como sus propios y verdaderos representantes divinos, nos topamos con una duplicación que exige ser matizada. Con más motivo si queremos descubrir el verdadero e importantísimo papel del mito en el antiguo Egipto y su posterior influencia en el mundo helenístico y cristiano.
El artículo analiza la teosofía en torno al mito del ángel caído. Se analizan los estudios de iluministas suecos, ingleses y franceses de los siglos XVIII y XIX.
Isis sin velo (título original: "Isis Unveiled") es una de las obras más importantes de Helena Petrovna Blavatsky, fundadora de la Sociedad Teosófica.
El libro fue publicado el 29 de septiembre de 1877, siendo la obra más importante de la autora hasta la publicación de La doctrina secreta en 1888, el libro que complementó y amplió las ideas que habían sido presentadas en Isis sin velo.
El Constructo del pensamiento humano expresado en sus miedos, la necesidad de crear a un ser imaginario, a quien poder culpar de las cosas malas que le puedan pasar
Civilización védica, una explicación maro sintética de la india antigua iJosé Ángel Padrón Molina
La Creación Según la Civilización Védica. El origen, la Manifestación llamada Creación fenoménica” Nāsadīya Sūkta, libro X, himno 129, 1-7, del Ṛgvedá.
“Himno del Ser y del No-Ser; himno de la Manifestación llamado Creación del Universo”
El Canto del Alma - Sherab Carbajo Busquets & Yogendra Brau AdellMusica
La ciencia está demostrando, una a una todas las afirmaciones que desde hace cientos, incluso miles de años, vienen transmitiendo las distintas escuelas filosóficas de lo que hoy conocemos como India, en otros tiempos, Bharata, bebiendo todas ellas de la fuente de los Vedas, los libros indios que contienen el conocimiento más antiguo de la humanidad.
Las primeras composiciones de los Vedas, recogidas en el Rig Veda están datadas aproximadamente por el año 2.600 a. C. Se dataron de acuerdo a las posiciones planetarias
que en los mismos se describen.
La ciencia está demostrando que la materia es puro vacío, vibrando constantemente. En los átomos la distancia entre su núcleo y los electrones es proporcionalmente la misma que la
distancia de la Tierra al Sol. Así que la materia está fundamentalmente compuesta de “vacío”. Este concepto de vacío forma la base de todas las enseñanzas indias.
“El mundo se formó desde la mente del Creador, cuando Éste exhaló su aliento, causando la
vibración cósmica que llenó el espacio de Luz. Luz de la que posteriormente nacería la vida… “. Así describían los antiguos el Big Bang.
Sobre la formación del mito de Cristo:
«De una primera lectura de la obra surge que toda la literatura generada por o asimilada a la tradición católica, desde sus inicios hacia finales del siglo II de nuestra era, especialmente su cristología, el destino escatológico del mito (muerte y resurrección) y el significado soteriológico de Cristo (como Salvador), resulta solo un breve capítulo en la gran historia cuyos orígenes inmediatos se remontan al lejano pasado».
«Este monumento, refinado instrumento de demostración teórica y fáctica al servicio de una tesis indiscutiblemente capital, reviste una gran belleza ensayística. Puede interpretarse como exploración extensiva en el territorio historiográfico más complicado, de tránsito escabroso y múltiples senderos. Territorio en general amojonado por la pasión religiosa, el fervor místico. la fantasía o aun la magia. Pero también como indagación intensiva, como arrojado y honesto buceo en un mar documental, a veces demasiado en calma y otras veces demasiado borrascoso, en el que abunda la tergiversación milenaria y testimonios que resultan casi siempre copias de copias a través de siglos».
Eliseo Ferrer: «Sacrificio y drama del Rey Sagrado». Comentario y crítica de ...Eliseo Ferrer
En torno a la formación del mito de Cristo:
«De una primera lectura de la obra surge que toda la literatura generada por o asimilada a la tradición católica, desde sus inicios hacia finales del siglo II de nuestra era, especialmente su cristología, el destino escatológico del mito (muerte y resurrección) y el significado soteriológico de Cristo (como Salvador), resulta solo un breve capítulo en la gran historia cuyos orígenes inmediatos se remontan al lejano pasado».
«Este monumento, refinado instrumento de demostración teórica y fáctica al servicio de una tesis indiscutiblemente capital, reviste una gran belleza ensayística. Puede interpretarse como exploración extensiva en el territorio historiográfico más complicado, de tránsito escabroso y múltiples senderos. Territorio en general amojonado por la pasión religiosa, el fervor místico. la fantasía o aun la magia. Pero también como indagación intensiva, como arrojado y honesto buceo en un mar documental, a veces demasiado en calma y otras veces demasiado borrascoso, en el que abunda la tergiversación milenaria y testimonios que resultan casi siempre copias de copias a través de siglos».
ABSTRACT / Toda la tesis de R. Panikkar estuvo dirigida, dada su tradición intelectual multicultural y multirreligiosa, a «un encuentro sincero» entre el cristianismo y el hinduismo; y quizá por eso subtituló este libro («El Cristo desconocido del hinduismo») con el ambicioso reclamo: «Para una cristofanía ecuménica». No obstante, y para no engañar a los lectores sobre el verdadero propósito y los riesgos de la obra, Panikkar dejaba muy claro que toda su formulación relativa al común mediador cristiano e hindú (Īśvara-Cristo) iba a encontrar un escollo difícilmente salvable, si desde el lado cristiano se solapaba el elemento «teohistoriológico» de un hijo de María llamado Jesús, arrebatando el protagonismo y la prioridad al Logos. «Pues no solo el concepto cristiano de historia es, en cierto modo, ajeno al espíritu indio [concluía]. Admitir la idea cristiana de la historia [...], es ya presuponer el concepto cristiano de Cristo. No debemos olvidar que la primera interpretación filosófica de Cristo empieza por un discurso sobre el “Logos” hecho carne y no por un discurso sobre la carne».
Eliseo Ferrer / El Árbol Cósmico como Árbol Sagrado. Comunicación entre el ci...Eliseo Ferrer
De manera muy general, el «Árbol» estaba ubicado imaginariamente en el centro del mundo, en el omphalos griego, y se presentaba como el pilar central y sostén que sujetaba el universo: la columna Djed de los egipcios que se erguía como símbolo de renovación propiciado por la inundación de las aguas del Nilo. Se solía representar a través de su imagen universal y arquetípica, hundiendo sus raíces en la tierra y proyectando sus ramas verdes hacía el cielo; pero en ocasiones, como en el caso de la India antigua, aparecía como un árbol invertido, representando la creación en un sentido descendente. En este caso, sus semillas y raíces espirituales se encontraban en el cielo, y su tronco y sus ramas se proyectaban sobre el mundo, de la misma forma que los rayos del sol se desparraman sobre la superficie de la tierra.
Eliseo Ferrer / El arcaico simbolismo cósmico de la Cruz. (I. Signos y símbol...Eliseo Ferrer
El símbolo cristiano de la cruz, representación universal por antonomasia del mesianismo judío reformulado por la Iglesia de finales del siglo segundo, no fue usado hasta los siglos quinto y sexto de nuestra era; por lo que se convierte hoy en el signo que mejor expresa la permanente evolución de ideas, representaciones y creencias que contemplamos en el libro «Sacrificio y drama del Rey Sagrado». Pero la imagen la cruz y su simbolismo son tan viejos como el mundo y, a través de unos u otros significados, se hicieron presentes en casi todas las culturas de la historia antigua.
Eliseo Ferrer / La Cruz, emblema de la Resurrección inspirado por el Sol. (II...Eliseo Ferrer
Desde el nacimiento de las civilizaciones de Mesopotamia y Egipto, la cruz fue elevada sobre las manos de los sacerdotes babilonios y egipcios, lo mismo que sobre las manos de los reyes y los pontífices de la civilización romana, como símbolo de autoridad en tanto que representantes de la encarnación de un poder sagrado relacionado con el Sol. No hay que olvidar que, entre otros muchos restos arqueológicos, ya en el año 46 antes de nuestra era ciertas monedas romanas mostraban a Júpiter portando un largo cetro que terminaba, en lo alto, en forma de cruz.
Eliseo Ferrer / La Cruz como representación y esquema del Árbol Sagrado. (III...Eliseo Ferrer
La cruz fue identificada en las culturas antiguas con el Árbol Sagrado, el Árbol del Mundo, el Árbol Cósmico o Árbol de la Vida, cuya representación más conocida, además de la simbología bíblica, fue la del árbol Yggdrasil: la «Pértiga Sagrada» del tormento de Odín, sobre la que aparecía posada un águila; de igual manera que el quetzal aparecía encima de la cruz de Palenque o la paloma sobre la cruz de Cristo. «La Cruz-Árbol era el pivote del universo —según Joseph Campbell—, del que irradiaban las cuatro direcciones, que giraban como los radios de una rueda. Así también la cruz de Cristo fue representada simbólicamente como el centro de un mandala».
Eliseo Ferrer / La Cruz, el signo de la sangre del Cordero y la Serpiente mos...Eliseo Ferrer
Según la interpretación cristiana de los textos judíos, fue el signo de la cruz trazado con la sangre del cordero en las puertas de los israelitas de Egipto lo que liberó de la muerte a los primogénitos de Israel y convirtió el nuevo sacrificio en el nuevo motivo ritual de la nueva pascua. Y en esta misma línea fue como el cristianismo interpretó aquel pasaje de Números según el cual Yahvé envió al pueblo pecador «serpientes ardientes» que mordían a los habitantes de Israel. Tras el arrepentimiento de los pecadores, Yahvé ordenó a Moisés que hiciese una serpiente ardiente y la colocase en un palo en forma de cruz.
Eliseo Ferrer / El triunfo de Josué sobre los Amalecitas bajo el signo de la ...Eliseo Ferrer
Y Moisés dijo a Josué: “Escoge algunos de nuestros hombres y sal a combatir contra Amalec. Mañana yo estaré sobre la cima de la colina con la vara de Dios en mi mano”. Josué hizo como le dijo Moisés y combatió contra Amalec, mientras Moisés, Aarón y Hur subieron a la cumbre de la colina. Sucedió que cuando Moisés alzaba sus manos, Israel prevalecía; pero cuando bajaba sus manos, prevalecía Amalec.
Eliseo Ferrer / El Crismón, el Pez y la Paloma, primeros símbolos cristianos....Eliseo Ferrer
Si la Iglesia usó varios símbolos diferentes en los tres primeros siglos de nuestra era, también dejó constancia, a partir del siglo cuarto, del uso de varias formas y representaciones de la cruz. Una de esas variantes, y la primera de todas ellas, fue el Crismón, surgido de los estandartes de Constantino, según deducimos de los fantasiosos testimonios de Eusebio de Cesarea y de Lactancio. Y otra variante fue la cruz tradicional, generalmente en forma de cruz griega y de inspiración gnóstica, cuya primera manifestación en el arte cristiano se encuentra en un sarcófago vaticano de mediados del siglo quinto: una cruz griega con la misma longitud de brazos y en la que no aparecía cuerpo ni representación alguna.
Eliseo Ferrer / La imagen del Buen Pastor y el nacimiento medieval del Cruci...Eliseo Ferrer
La imagen del Buen Pastor fue una derivación ideográfica de la figura de Orfeo. Pero el Crucifijo fue resultado de una lenta y laboriosa construcción generada a partir del Cristo resucitado y triunfante del gnosticismo (entre los siglos sexto y décimo). Fue a partir del siglo once cuando se exacerbaron los detalles relativos a la redención por la sangre, representando un Cristo moribundo y patético, con los ojos cerrados y la cabeza caída hacia su lado derecho. Y fue a partir del siglo doce cuando se ciñese en la frente del crucificado la corona de espinas; lo que terminó llenando la imagen de una fisonomía perturbadora que debió sobrecoger y llenar de pavor a los desgraciados súbditos de aquella sociedad estamental dominada en gran medida por la Iglesia.
Eliseo Ferrer / The «Sacrifice of the Sacred King». Myth, ritual and meaning....Eliseo Ferrer
The sacrificial and violent death of the Sacred King (the queen´s son or Neolithic goddess's son) was the foremost part of an archaic ritual that, periodically, pursued the propitiatory influence of Earth Goddess 's invisible forces and energies on cosmos renewal and the tribe's impurities and sins expiation. It was one of the primitive cultures and world's protohistory's most characteristic «religious» events which marked the thereafter man's relationships with the «sacred» realm. This ancient and complex ritual phenomenon was typified by James G. Frazer in «The Golden Bough: A study in Magic and Religion» (1890-1922), as the «Sacrifice of the Sacred King».
Eliseo Ferrer / Mito, ritual y significado del «Sacrificio del Rey Sagrado». ...Eliseo Ferrer
La muerte sacrificial y violenta del Rey Sagrado (el hijo de la reina o de la diosa neolítica), fue la parte sobresaliente de un ritual arcaico que, de forma periódica, perseguía la influencia propiciatoria de las fuerzas y energías invisibles de la Diosa-Tierra sobre la renovación del cosmos y la expiación de las impurezas y las culpas de la tribu. Se trató de uno de los acontecimientos «religiosos» más característicos de las culturas primitivas y de la protohistoria del mundo, que marcó el devenir posterior de las relaciones del hombre con el ámbito de lo «sagrado». Este ancestral y complejo fenómeno fue tipificado por James G. Frazer en «La rama dorada. Magia y religión» (1890-1922), como el «Sacrificio del Rey Sagrado».
Eliseo Ferrer / Ritos y sacrificios humanos entre los antiguos israelitas. (E...Eliseo Ferrer
En la época herodiana, los judíos habían civilizado sus antiguos ritos y costumbres a través de la gran influencia recibida, primero de los babilonios y persas y, luego, de la cultura del helenismo. Pero han llegado hasta nosotros sólidos testimonios que no permiten ocultar el carácter sangriento de sus más antiguas (y no tan antiguas) tradiciones. Hoy sabemos que, entre los semitas del Asia occidental, en época de peligro, el rey entregaba a su hijo para que muriera como sacrificio por toda la comunidad.
Eliseo Ferrer / El antiguo Israel y los ritos cosmogónicos del Año Nuevo. (El...Eliseo Ferrer
La liberación del cautiverio de Babilonia del pueblo judío se convirtió en una cuestión clave, desde mi punto de vista, que transformó, tras la inevitable influencia persa, el eterno estatismo de la temporalidad cósmica babilónica (de carácter circular) en historia sagrada del pueblo de Israel (de carácter lineal, según los criterios persas); ya fuese historia real, historia fabulosa o historia mítica: la manifestación de la voluntad de Yahvé en la línea de sucesión del tiempo, que se inició, según los textos, con la instauración de la Pascua y el comienzo del éxodo por el desierto.
Eliseo Ferrer / Zoroastro (Zaraθuštra), antesala del judaísmo y el cristianis...Eliseo Ferrer
Según Meyer y Reitzenstein, y más recientemente Widengren, Boyce, Hultgård, Hinnells y otros integrantes de la corriente conocida como «Historia de las Religiones» (Religionsgeschichtliche Schule), las analogías entre las antiguas tradiciones persas zoroastrianas y la escatología apocalíptica judeocristiana no solo fueron una evidente consecuencia del influjo iranio sobre el mundo judeohelenístico, qumranita y cristiano, sino que tales influencias se retrotrajeron, en muchos casos, a la antigua tradición de los aqueménidas persas y a la liberación de los judíos del cautiverio de Babilonia.
Eliseo Ferrer / Teología y mitología judías bajo la dominación ideológica del...Eliseo Ferrer
Más allá del mantenimiento de las originarias y esenciales transformaciones operadas tras el retorno del exilio babilónico, el núcleo del problema que ocupó las disquisiciones teológicas de los sabios judíos durante el periodo final del Segundo Templo no fue otro que la distancia inconmensurable que había generado la idea de un Dios transcendente y completamente distinto a la divinidad de carácter «histórico» de la monolatría de los profetas.
Eliseo Ferrer / El «Libro de Daniel» y el proceso de remitologización de apoc...Eliseo Ferrer
La literatura sapiencial y la literatura apocalíptica judías aparecieron repletas de intermediarios preexistentes que, more platónico, nos transportan en la lejanía del tiempo a la religión de Zoroastro y a sus ángeles y santos benefactores (Amesha Spenta), emanados de la mente divina de Ahura Mazda. Extrañas y benéficas criaturas que, a pesar de la inconmensurable distancia existente entre el mundo inmanente de aquí y el mundo transcendente del más allá, facilitaban la comunicación y permitían al hombre la salvación a través de la sabiduría y la contemplación de la divinidad.
Eliseo Ferrer / La «Sabiduría de Salomón», figura base del Cristo Celestial. ...Eliseo Ferrer
Fundamentada en origen en la Palabra del Génesis (Memra), Sabiduría-Sofía adquirió en el judaísmo helenístico las funciones del «Verbo-Logos» mediador de procedencia irania (Spenta Armaiti) y de inspiración platónica (emanación del Bien). Sabiduría-Sofía (ora como emanación platónica de la divinidad, ora como modo de esa divinidad) fue la noción mediadora entre Dios (entre el ámbito del Bien y de las ideas platónicas) y el mundo de la materia cósmica. Una tradición muy antigua la de Sofía que Filón de Alejandría asoció al Hijo-Logos (el Vástago del Bien de Platón) y que Pablo de Tarso y el gnosticismo cristiano asociaron as la figura del Mesías-Cristo judío.
Eliseo Ferrer / De Sabiduría-Sofía a Cristo y de la Memra al Logos. O Cómo el...Eliseo Ferrer
ABSTRACT / Creo no hace falta anticipar la moraleja y destripar el misterio oculto que desvela una lectura hermenéutica del mito de la encarnación del hijo de dios como Logos: «Porque, en realidad —como aseguraba Joseph Campbell— Dios no se hacía hombre [ni divinizaba y adoptaba a un ser humano]; sino que el hombre, el propio mundo, se sabía divino; de cuya experiencia [antropológica] se derivaba un campo de inagotable profundidad espiritual». Luego, cada cultura vestía y coloreaba el mito con el discurso narrativo que consideraba más oportuno, usando siempre los elementos propios de una tradición determinada. Por supuesto, el pagano Celso fue uno de los primeros en escandalizarse ante literalidad con que algunos cristianos de su tiempo, al igual que los cristianos de ahora, leían y leen el mito de la encarnación del hijo de dios: un fragmento de divinidad, en realidad, contenido en el «si-mismo» de los hombres, según Jung.
Tanto el Verbo-Logos de Juan como el Logos de Filón terminaban «encarnándose» (materializándose) y difundiéndose entre los más bajos niveles de iniciación a través de diferentes símbolos y discursos narrativos que utilizaban mitos y figuras del Antiguo Testamento. En este sentido, ambas nociones (la de Filón y la de Juan) se sirvieron de mitos escriturarios para representar y explicar sus particulares concepciones de la encarnación platónica del Logos y del carácter divino de los hombres: Moisés y el Josué-Jesús reinterpretado en los evangelios sinópticos y elevado por Juan a la categoría del mediador.
Eliseo Ferrer / El «Cristo» del Zoroastro, el Fin del Mundo y la Resurrecció...Eliseo Ferrer
ABSTRACT / La creencia persa en los salvadores venidos del cielo evolucionó de manera importante tras la desaparición de la figura de profeta reformador. Se esperaba, de acuerdo a la tradición legendaria, que Zoroastro retornase a la tierra, si no personalmente, sí al menos bajo la forma de alguno de sus tres hijos (los dos primeros como profetas anunciadores del tercero y definitivo salvador, Saoshyant), que vendrían a salvar el mundo y a concluir la obra de la «historia sagrada» hasta su consumación final. Éstos nacerían a intervalos de mil años del propio semen del profeta, milagrosamente conservado en el lago Kansaoya, y de tres vírgenes, que debían concebir al salvador al bañarse en dicho lago; con lo que se pondría en marcha el último acto de la existencia temporal del mundo y se daría paso a la frashokereti (frašō.kərəti), transfiguración o renovación escatológica final. Esto ocurriría en los tres últimos milenios de un periodo de doce mil años, y el último de estos enviados, Astvatereta (Astvaṱ.ǝrǝta), o «el que encarna la justicia», sería el verdadero protagonista del fin: el Saoshyant por antonomasia y definitivo salvador.
Eliseo Ferrer / Sacrificio y drama del Rey SagradoEliseo Ferrer
Sacrificio y drama del Rey Sagrado
Autor: Eliseo Ferrer
Categorías: Antropología religiosa y Religiosas comparadas
784 páginas
El Mesías-Cristo:
Un mito ancestral y arcaico reformulado por
las sectas del mesianismo apocalíptico judío
y transformado por la Iglesia del siglo segundo
Un cristianismo judío sin historia evangélica ni «punto cero».
Eliseo Ferrer propone en Sacrificio y drama del rey sagrado (Genealogía, antropología e historia del mito de Cristo) una visión alternativa y crítica de los fundamentos del cristianismo. Pues, situado dentro del contexto del mesianismo judío, el cristianismo de los «orígenes» fue un fenómeno enormemente complejo que nada tuvo que ver con las simplificaciones de los catecismos de la Iglesia, ni tampoco con las ficciones que más tarde construyeron los reformadores luteranos a través de su ucronía de pureza (Urgemeinde).
Eliseo Ferrer / Expiación y redención por la humillación y la sangre del Cord...Eliseo Ferrer
La Iglesia convirtió al héroe del Nuevo Testamento, surgido de la urdimbre de la literatura apocalíptica y del protognosticismo, en un arcaísmo asociado al Siervo de Yahvé en el que se abandonaba la salvación de carácter gnóstico por la redención del pecado a través de la sangre del Cordero. Como hemos visto en SACRIFICIO Y DRAMA DEL REY SAGRADO, el mito de Cristo presentó muy diferentes rasgos, dependiendo de si hablamos de los mesías y ungidos (cristos) de la literatura apocalíptica; de si hablamos del Cristo-Mesías de transición de las cartas del protognóstico Pablo de Tarso; de si nos referimos al Cristo del gnosticismo o de si aludimos al Cristo final de la Iglesia católica.
Esto es así porque, si exceptuamos determinadas insinuaciones (Romanos. 3.25; 5.8; 1 Corintios. 15.3; Gálatas. 3.13) en ninguna de las otras epístolas paulinas consideradas auténticas se anuncia de forma clara y expresa el significado redentor de la muerte vicaria en la cruz; ni tampoco se dice que el objetivo exclusivo de la muerte del Mesías-Cristo hubiese sido la redención del pecado. Todo esto forma parte de una construcción ideológica muy tardía de la Iglesia, que hay que sitiar a partir de finales del siglo segundo y de su desarrollo en siglos posteriores: un periodo que abarca desde los siglos tercero y cuarto hasta la Edad Media, cuando apareció la representación del crucifijo que ha llegado hasta nuestros días.
Eliseo Ferrer / La tradición indoirania y el origen de la gnosis de todos los tiempos
1. Sacrificio y Drama del Rey Sa- grado
La Tradición Indoirania y el Origen
de la Gnosis de Todos los Tiempos
Eliseo Ferrer
Eliseo Ferrer / Sacrificio y drama del Rey Sagrado
3. Por supuesto, no queremos decir que, en un plano exotérico, la moralidad y la ética
no cumpliesen un determinado papel social y religioso, ya que, como hemos visto, ése
era precisamente el sentido del karma y el dharma. Ocurría que en la base del hinduismo
las categorías morales del bien y el mal estaban muy por debajo de la categoría suprema
que establecía la diferencia entre la ignorancia y el conocimiento. En este contexto, el
bienyelmaldejabandeserunapreocupacióndela«vidareligiosa»porqueelmalquedaba
vencido en todo momento por la sabiduría. El sabio era consustancialmente bueno; pero
no ocurría lo mismo si invertíamos los términos de la proposición. Es decir, el hinduismo
(de manera muy diferente a lo que ocurriría en otras religiones) entendía que se podía ser
bueno, pero rematadamente necio e ignorante, con lo que, a diferencia del sabio, al bon-
dadoso se le cerraban las puertas de acceso a la liberación (moksha).
6.Elorigendelagnosisdetodoslostiempos.
En realidad, la tradición hinduista ni presenta una conformación monolítica ni tam-
poco una unidad y uniformidad histórica. Hemos de subrayar que se trata de una cons-
trucciónculturalerigidaentornoavariasabstracciones(unidad,totalidad,orden,ilusión,
reencarnación-transmigración, liberación y unión con Dios, etc.) que conformaron un
tronco común que, desarrollado a lo largo del tiempo, desafió a los siglos y a los milenios
venideros. No otra cosa es lo que encontramos cuando nos acercamos a las nociones vé-
dicas de ekam (unidad), ritá (orden cósmico) y māyā (ilusión): ideas arcaicas que nos si-
túan ante abstracciones básicas y fundamentales de la historia de las religiones y en la base
del desarrollo de la filosofía. Abstracciones presentes en el Rigveda y que, mil años antes
de nuestra era, se anticiparon en varios siglos a la metafísica monista de las Upanishads.
Y vemos que en los postulados de las Upanishads del siglo quinto antes de nuestra
era (génesis del hinduismo) encontramos no sólo las bases de la gnosis de todos los tiem-
pos (philosophia perennis), sino también unas doctrinas que, en lo esencial, difirieron
muy poco del pitagorismo, del orfismo y del platonismo; quienes convirtieron también al
amante de la sabiduría (al filósofo) y al sabio en paradigma y meta de su antropología y su
soteriología. Una tradición espiritual y religiosa que, a diferencia del zoroastrismo y del
judaísmo, no venía revelada desde el exterior de un universo inmanifestado, sino creada
por los dominadores ariófonos de la India desde el inmanentismo de la abstracción espe-
culativa; y que, imprevisiblemente, acabaría determinando, a través de una primitiva me-
tafísica, el sistema simbólico de relaciones con el mundo de muchos de los pueblos del
lejano oriente, Grecia, el Mediterráneo e incluso algunas de las corrientes espiritualistas
del mundo actual. He aquí, como hemos visto, los antecedentes del hinduismo: la obra
de los Vedas, las Upanishads y los brahamanes; pero también el embrión de la mística es-
piritualistaydeldesarrolloculturaldelospueblossituadosaloccidentedelsubcontinente
indio: desde Persia al Mediterráneo occidental.
Vedismo y brahmanismo fueron «religiones» (o más propiamente, concepciones del
mundo) esencialmente cósmicas, de identidad, y sólo la noción de karma introduciría
muy tardíamente en el hinduismo una ideología de salvación54
basada en determinadas
consideraciones éticas, ausentes en los siglos anteriores. Digamos, para situarnos en el
54
Las religiones salvación propiamente dichas no aparecen hasta el mazdeísmo de Zoroastro, en Irán, y el orfismo pitagó-
rico en Grecia.
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4. tiempo, que el vedismo, o religión de los Vedas, perteneció al mundo de los invasores
arios y, según las fórmulas académicas, abarcó el período comprendido entre el siglo
quince y el siglo séptimo antes de nuestra era. Sus libros fueron los «cuatro Vedas»,55
re-
cogidos de una tradición oral mucho más antigua y dentro de los cuales destacaba de ma-
nera muy particular el Rigveda. Por eso, a pesar de que ciertas fórmulas estereotipadas
caracterizanesteperiodocomodominadoporunamitologíanaturalista,hemosdereiterar
quefueenesasobrasprimigeniasdondeaparecieronlasprimerasabstraccionesrealmente
significativas de toda la historia de las culturas humanas. Por eso, hablar de «mitología»
enesteperiodoequivaleausarunaetiquetademasiadosimplificadaydeformadaquenada
dice de las sutiles concepciones teóricas forjadas por los invasores arios.
Más tarde, entre el siglo séptimo y el siglo tercero antes de nuestra era se abrió paso
el período conocido como «brahmanismo», cuyos textos son los denominados brāhmaṇa
y āraṇyaka.56
Nos encontramos, esquematizando y resumiendo en gran medida, ante un
periodocaracterizadoporlasupremacíadelacastasacerdotalyporunexcesivoyriguroso
ritualismo, manifestado con tan exagerado y estudiado formalismo que terminó dejando
en el olvido no solo a las deidades de la antigua mitología védica, sino incluso, y en cierta
medida, a la idea misma de divinidad. El término «brahmanismo» aludía, por un lado, a la
creciente influencia que los brahmanes, o sacerdotes indoarios, adquirieron en la India
en torno al siglo séptimo antes de nuestra era; y, por otro, hacía referencia al concepto
de «Brahman», el ente abstracto y universal que había sido prefigurado ya en el Rigveda
como unidad (Ekam) y noción última de la divinidad.
Lo cierto fue que, a lo largo de estos siglos de brahmanismo, se creó la idea de «Brah-
man», en cuanto absoluto macrocósmico, y la noción ātman-Brahman, en cuanto unidad
del individuo y la totalidad del Ser (base de la gnosis); y se desarrollaron las abstracciones
del Rigveda, cuyas especulaciones concluyeron en la metafísica de las Upanishads. Lle-
gado a este punto, reelaboradas las nociones arcaicas a través de una gnosis interpretada,
al mismo tiempo, por diferentes corrientes, estaba claro que el monismo, el dualismo y la
especulación filosófica quedaban reservados ya a una elite de iniciados, organizados en
sus respectivos conventículos y escuelas. Un contexto doctrinal en el que la meta aparecía
determinada fundamentalmente por el descubrimiento y la comprensión de que todo lo
que había era uno y lo mismo; que a la vez contenía la idea de totalidad, y que podemos
conceptuar indistintamente como Brahman, Dios, la Naturaleza, la Esencia, el Absoluto,
el Ser, el Todo, el Bien, lo Uno, etc. Brahman, además, era eterno e infinito; por lo que
podemosafirmar,hablandoentérminoscoloquiales,que«todoeraunamismacosa»,aun-
que sus elementos separados presenten distintos grados de aparente y engañosa evolu-
ción. En realidad, según las diferentes doctrinas de la gnosis hinduista, todos formamos
parte de un «originario monismo metafísico»57
que podemos y debemos descubrir desde
55
El Rigveda, dedicado a los dioses. El Yajurveda, o libro del sacrificio. El Sāmaveda, que contiene los himnos. Y el
cuarto libro, el Atharvaveda, una recopilación de hechizos mágicos.
56
Estos textos son posteriores a los Vedas y anteriores (900 al 600 antes de nuestra era) a las Upanishads. Los Brāhmanas
son comentarios en prosa de los Vedas, concebidos por distintas escuelas con el fin de explicar el significado del ritual. No
estaban dirigidos, sin embargo, al neófito, sino al iniciado; por lo que no ofrecen un panorama comprensivo del ritual ni lo
tratan sistemáticamente. Digamos que los textos fundamentales anteriores al hinduismo (siglo quince al siglo cuarto antes
de nuestra era) y el contexto de estos escritos aparece determinado por los vedas, brāhmanas, āranyakas y upanishads.
57
El monismo metafísico es la doctrina básica de las Upanishads. Con el surgimiento del hinduismo propiamente dicho
aparecerán escuelas que mantienen este punto de partida, pero aparecerán también otras que dan ya cabida a posiciones
dualistas, y que necesitarán de una «teología» muy sutil y elaborada para establecer vínculos convincentes entre dios y el
La India antigua y las bases de la religión y la filosofía
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5. la ignorancia y a partir de la sabiduría que proporciona la autorrevelación. Por eso, el
«sendero espiritual» del hinduismo pasaba por el camino místico del conocimiento: el ca-
minodeldescubrimientodelarealidadinteriorylaconcienciadequeelindividuoformaba
parte de Brahman (un fragmento), que debía reintegrarse a la divinidad en cuanto totali-
dad. Por lo demás, no hay que olvidar tampoco que quienes nos movemos al margen de la
fe religiosa y somos contrarios, desde un punto de vista etic, a ofrecer cualquier crédito,
por pequeño que sea, a las afirmaciones del misticismo, obviamos con mucha frecuencia
que uno de los aspectos cenitales de esta primitiva gnosis se refería al fuego y a la luz que
inflamaba la conciencia subjetiva y el corazón, algo tan difícil de validar objetivamente
como de comunicar.
Según algunos autores, el momento mismo en que se producía la identidad entre la
individualidad fragmentada y lo absoluto, entre en hombre y la divinidad (ātman-Brah-
man), fruto de la sabiduría interior, se producía también un «arrebato místico» (quizá
provocado originariamente por las facultades psicoactivas del Soma, la bebida de los dio-
ses) que llevaba consigo la presencia deslumbrante de la luz; es decir, que «se accedía al
conocimiento del ser mediante una experiencia de luz sobrenatural». «Lo que indicaba
—según Eliade— que la revelación del ātman-Brahman, en tanto que luz, no era simple-
mente un acto de conocimiento metafísico, sino una experiencia más profunda en la que
el hombre comprometía también su componente existencial».58
«El Chāndogya Upanis-
had (III.17.7) señalaba que, al contemplar esta elevada luz, más allá de las tinieblas, al-
canzábamos el sol, dios entre los dioses... [Y] Según la famosa expresión del
Brhadāranyaka Upanishad (IV.3.7) el ātman se identificaba con la persona y se encon-
traba en el corazón del hombre bajo la forma de una luz interior. [...] El Chāndogya Upa-
nishad (VIII.6.5) enseñaba también que en el momento de la muerte el alma se elevaba
hasta los rayos del sol. Se aproximaba al sol, “la puerta del mundo”. Y los que sabían po-
dían entrar, pero la puerta se cerraba para los ignorantes».59
Ciertamente, los redactores de las Upanishads partían ya de la convicción de que la
realidadsupremanopodíasercomprendidaporelmeroraciociniouotrosprocedimientos
deordenintelectual.Porlodemás,elconocimientoracionaldelarealidad,alestilogriego,
tampoco fue considerado nunca como el objetivo último del espíritu entre los maestros
de la India antigua. «El conocimiento debía conducir a una experiencia mística directa de
esa realidad; un estado que era diversamente descrito como moksha (liberación), abha-
yamudra (ausencia de temor), amaritatva (inmortalidad), etc».60
Digamos que el cono-
cimiento facilitaba el «despertar» que desvelaba la esencia del yo en el interior de la
conciencia; algo que, en última instancia, no podía obtenerse por vía experimental, sino
en virtud de una especie de autorrevelación que manifestaba de forma instantánea la re-
alidad inefable y última. «La inteligencia (buddhi), como la más sutil manifestación de la
prakriti, facilitaba el proceso de la liberación, sirviendo de escalón preliminar a la revela-
mundo. Éste es el contexto en el que nace la figura del mediador, que tanta importancia adquirirá en el zoroastrismo, en el
judaísmo, en las doctrinas del logos helenístico y en el cristianismo.
58
Mircea Eliade. Mefistófeles y el andrógino. Barcelona, 2001. p. 27. «La luz es la potencia creadora (Taittiriya Samhitā.
VIII.1). Ya el Rigveda (I.115.1) afirmaba que el sol era la vida o el ātman —el sí mismo— de toda cosa. Las Upanishads
insisten especialmente en este tema: que el ser se manifiesta por la pura luz y que el hombre toma conocimiento del ser
mediante una experiencia de luz sobrenatural».
59
Op. Cit. 28.
60
R. N. Dandekar. Op. Cit. 261.
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6. ción».61
Pero poco más podían hacer la razón y el conocimiento exterior dentro de un
proceso dominado por la iluminación interior y mística de Purusha, según los conceptos
manejados por la escuela Sāṃkhya.
7.Construcciónideológicaehistórica62
deDiosydesuencarnación.
Aunquenodeformasistemática,acabamosdeverunaciertalíneadeevolucióncultural
e ideológica que abarcó desde la época de los Vedas hasta la época de las Upanishads, y
en la que, tras la arcaica mitología védica, el monismo metafísico terminó dando paso a
un cierto teísmo que permitió entrever los primeros atisbos de ese dualismo que durante
siglos caracterizó a la gnosis; pues se hizo evidente que el monismo absoluto dejaba muy
poco margen a la idea de Dios; por lo que tal posición metafísica no podía mantenerse,
en rigor, durante mucho tiempo: ni frente al sentimiento religioso popular63
ni frente a
las diferentes teologías de la gnosis. En algunos de esos textos, y muy particularmente en
el Śvetāśvatara-Upanishad, la sustitución de la metafísica por una toma de postura teo-
lógica, obligaría a buscar soluciones y a ofrecerle sentido a un dios, que, al igual que el
«motor inmóvil» de Aristóteles, se mantenía completamente indiferente y ajeno al mundo
cosmológico. De esta forma fue como apareció en estos textos la idea de la encarnación
de Brahman como un dios personal («el hijo»): un mediador o enviado, un enlace entre la
unidadylamultiplicidaddelmundo,queestablecíaunpuenteycomunicabaalosmortales
con la «divinidad» o el ente incognoscible asociado a lo Uno y absoluto.
Con posterioridad, la doctrina de los avatāras, o de las sucesivas encarnaciones divi-
nas, señalaría, según todas sus manifestaciones, una nueva y evidente línea de evolución
enelprotohinduismo,queabriría«elcaminoalaexperienciasingulardelUnocoexistente
conlamultiplicidad».64
Setrató,sinduda,deunadoctrinaque,desdesusorígenes,ofreció
respuestas y soluciones a tres cuestiones diferentes. En primer lugar, y en el plano eso-
térico, propuso la figura del mediador o enviado a la tierra: un iluminador (o revelador)
que permitía y facilitaba el conocimiento directo de dios (gnosis) y su identidad con él y
su luz (salvación). Desde un plano meramente exotérico, en segundo lugar, la doctrina
delosavatārasapuntabafundamentalmenteydemaneraprioritariaaunadimensiónética
y moral. Pues, como señalaba la Bhagavadgītā, «cuando languidecía la justicia y crecía la
iniquidad, el dios se encarnaba».65
Es decir, el mediador, el enviado, traía una serie de
normas de comportamiento para los no iniciados, los iletrados y los ignorantes, capaces
de guiar al individuo y a la colectividad por el camino del respeto, la paz y la concordia so-
cial. Pero traía también, en tercer lugar, un criterio básico capaz de orientar a las masas
porelbuencaminodelabúsquedaespiritual,dandosatisfacciónasíaladevociónpopular.
Dentro de una perspectiva histórica, la doctrina de losavatāras nos situaría en los pri-
meros siglos de la era anterior, en los que se produjo la transformación del brahmanismo
en las doctrinas esotéricas, místicas y elitistas de los rishis, por un lado, y, por otro, en la
61
Mircea Eliade. Historia de las creencias y de las ideas religiosas. Vol. II. Barcelona, 2005. p. 79.
62
Ya hemos visto en otra parte que la escuela del materialismo filosófico de Gustavo Bueno (Cf. El animal divino.
Oviedo, 1985) distingue tres etapas evolutivas básicas en la historia de la religión y en la construcción de la noción de
Dios, dentro de las cuales solo en la última se manifiestan con claridad las ideas teológicas: a) La religión primaria, deter-
minada por los númenes y las figuras animales. b) La religión secundaria, dominada por la mitología antropomórfica. Y c)
La religión terciaria o teológica, dominada por la idea de Dios.
63
R. N. Dandekar. Op. Cit. 285.
64
Op. Cit. 297.
65
Bhagavadgītā. IV.7. Citado por Dandekar.
La India antigua y las bases de la religión y la filosofía
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