Este poema de Antonio Machado describe el clima de abril con aguas abundantes, vientos fuertes y cambiantes, y cielos nublados con atisbos de azul. A pesar de la lluvia, el arco iris brilla y relampaguea entre las nubes. La lluvia cae sobre la ventana mientras se aprecian paisajes difuminados a través de la neblina, como un prado verde, un bosque de encinas y una sierra gris que se desdibujan en la distancia.