Dios comparte sus lecciones de vida más importantes con un hombre que sueña con entrevistarlo. Dios se sorprende de que los humanos quieran crecer rápido pero luego deseen ser niños, y que desperdicien la salud por dinero y luego gasten dinero en recuperar la salud. Dios aconseja aprender a dejarse amar, a no compararse con los demás, y a que la verdadera riqueza es aquello y quienes tenemos, no lo que poseemos.