Este documento discute los riesgos de construir viviendas en áreas peligrosas como montañas, cerca de ríos o el mar, o junto a vías de tren. Aunque las personas saben que estos son espacios de alto riesgo, a veces construyen allí debido a que subestiman la fuerza de la naturaleza o creen improbable que sufran desastres. La conclusión es que el lugar más seguro para una vivienda son terrenos firmes de roca, en lugar de suelos inestables o rellenos.