El lorito vivía felizmente en el bosque con su familia hasta que fue atrapado tres veces por humanos que querían privarlo de su libertad ya sea para mostrarlo a otros, escuchar su canto o hacerlo bailar. En cada ocasión, el lorito le explicó a la persona que no podría hacer eso porque se sentía triste sin su libertad. Las personas lo liberaron después de darse cuenta de su error gracias a la lección del lorito.